domingo, 28 de enero de 2024

Rise of the Tomb Raider (PC, 2015)


¿Qué queríais ser de mayores? Futbolistas, tal vez, o pilotos de aviones. Policías para aporrear a antisistemas insumises, o miembros de las Nuevas Generaciones del PP como plan B por si suspendías el examen de acceso al cuerpo. Influencer, si me estás leyendo desde el iPhone de un progenitor (en tal caso, devuélveselo y coge un libro, granuja). La variedad es tan finita como deprimente, pero sólo es así porque cuando se tienen diez años no estamos al tanto de la rica gama de ofertas del panorama laboral; nadie sueña con ser copywriter, o prompt engineer, o freelance flow consultant (o "fontanero por cuenta propia", como se llamaba en mis tiempos).

A Lara Croft no le pasó eso: su padre se dedicaba a la arqueología activa con altas dosis de tiro con arco y parkour de exteriores, y ella no tuvo dudas de que iba a continuar con el negocio familiar. En el mundo fantástico que nos presentan SquareEnix y Crystal Dinamics en Rise of the Tomb Raider, esta línea de trabajo es una de las más demandadas, y el Wall Street Journal se refiere a ella como "un empleo en alza (...) aunque cada vez quedan menos complejos funerarios por profanar". Es cierto que la no renovabilidad del recurso que se explota en la profesión es una cuestión a tener en cuenta, pero dado que sólo pasaremos unas horas en el pellejo de Lara, tampoco hay que calentarse la cabeza con universos ficticios y su economía. Vamos, digo yo.

sábado, 2 de diciembre de 2023

Left 4 Dead 2 (PC, 2009)


¡Qué vienen, qué vienen los zombies! Hemos pasado una década de obsesión por el muerto viviente, en la que parecía que no podía pasar una semana sin que apareciera una nueva franquicia de gente así un poco ida, pero no de las que deambulan por el Primark en Rebajas: ¡Zombieland! ¡The Walking Dead! ¡The Last of Us! ¡Guerra Mundial Z! Dead Island, Dead Rising, DayZ, Resident Evil, 28 Lustros Después, Plantas vs. Zombies y hasta el maldito Call of Duty reclutó a los comedores de cerebros en sus filas. Yo pedí tiempo muerto (no pun intended) igual en el minuto uno de esta invasión, con la excepción de Shaun of the Dead que sigue siendo de mis películas favoritas más a pesar de, que gracias a, la parte zombie de su contenido. Así que, estando al margen de la epidemia, y sufriendo ahora un virus mucho más poderoso y devastador en sus efectos en la cultura popular (los superhéroes de las narices), es un buen momento para entender qué me he perdido.

Y lo hago con uno de los títulos más famosos de los videojuegos, no sólo de zombies, si no en general: el Left 4 Dead 2 (del primero ya nadie habla, por algún motivo). Uno que revolucionó el género, y básicamente escribió los mandamientos que todos su sucesores iban a seguir al pie de la letra, introduciendo quizá nimias modificaciones. Como llego más o menos de nuevas (Steam dice que he jugado dos horas en mi vida), quizá me resulte relativamente fresco, o quizá sienta un perpetuo e incorrecto déjà vu, experimentando cosas que ya he vivido por otros medios. ¡Descubrámoslo!

martes, 3 de octubre de 2023

Heaven's Vault (PC, 2019)


¿De dónde venimos? ¿A dónde vamos? ¿Qué haces ahí subido, que te vas a descalabrar? Son algunas de las preguntas que se ha hecho la humanidad desde sus inicios, y lo sabemos gracias a que alguien tuvo el detalle de dejarlo por escrito. Ese invento fue lo que nos convirtió en seres cuatridimensionales, prácticamente, y es eso lo que late en Heaven's Vault, el título indie de 2019 que nos ocupa hoy. Después de que Arrival ya abriera la veda de la lingüística como temática interesante para cualquier medio, una que retoma también No Man's Sky como aspecto bastante importante de su lore interno, Heaven's Vault lo convierte en su mecánica principal, a medida que vamos descubriendo el pasado gracias a los restos dejados por sus protagonistas. ¡Y además hay un robot!

Un núcleo tan sesudo podría correr el riesgo de convertir el juego en una tesis doctoral en lugar de una fuente de entretenimiento (cosa que no sería necesariamente mala), pero vaya por delante que las decisiones tomadas para tejer este videojuego, si bien priman la narrativa, dan mucha importancia también a la jugabilidad... Pero antes de entrar en materia, hablemos un poquito de qué va esto.

sábado, 2 de septiembre de 2023

Death and Taxes (PC, 2020)


Dos cosas hay seguras en esta vida, dicen les anglosajones, siempre con una positividad infinita: la muerte, y los impuestos (yo añadiría la calidad de los discos de Carly Rae Jepsen, pero ya es cosa mía). Una señora de Estonia, Leene Künnap, cogió ese dicho y lo convirtió en lo que, leyendo prácticamente todas las descripciones que he encontrado, es una versión macabra (más aún) de Papers, Please. Eres la Muerte, la Parca, ese funesto esqueleto que ha cambiado guadaña y capa por un traje y un bolígrafo, que aquí tenemos que modernizarnos todes. Si en el juego distópico eres un guardia fronterizo decidiendo quién pasa a tu Arstotzka natal, aquí tu responsabilidad es todavía mayor: quién vive, y quién muere, es una decisión al alcance de tus huesudos dedos.

Ese sentido del humor tan tenebroso y el hecho de que Papers me parece un juegazo con una mecánica excelente lo convirtieron en una compra inmediata para mí en cuantito salió con algo de descuento por Steam... y sin embargo todavía no he tenido ocasión, o ganas (más bien ganas) de probarlo. Pero ya está bien, esa espera acaba hoy. Pongámonos en la... osamenta de esta Muerte con horario de oficina.

domingo, 23 de julio de 2023

Audiosurf (PC, 2008)

Versión analizada: PC.

Otras versiones: Ninguna que yo sepa.

Los juegos de música, un género que explotó sobre manera a finales de los 2000s con sagas interminables como Guitar Hero y Rock Band, desaparecieron de la noche a la mañana y nos dejaron extremadamente huérfanos. Atribuyo una parte no negligible de mi obsesión melómana a esas tardes con la guitarrita, aporreando botones al son de Lynyrd Skynyrd, Skid Row o Heart como si no hubiera un mañana. Y un buen día, alguien decidió que a nadie más le interesaban: un formato que podía haberse mantenido décadas, con un mejor modelo de DLCs o de suscripción incluso, muerto y enterrado en cuanto pusieron sus sucias manos los de Green Day. 

La variante, a su vez anterior y por tanto más venerable, que ha gozado de cierta supervivencia, es la del juego de "ritmo", aquel que empezó en los arcades con el Dance Dance Revolution y sus plataformas pisoteadas hasta la saciedad por gente que se lo tomaba extremadamente en serio, y que evolucionó hacia la moñigada del Just Dance con sus mandos hápticos que saben cuando estás haciendo el swish-swish y cuando sin querer te lo has dejado puesto mientras lavas los platos. Siguen vendiendo unidades, como podrían haber hecho los juegos rockeros y similares (¿remember DJ Hero? Una década después tuvimos el Fuser pero ahí, también, tenemos que lamentar una pérdida: los servidores se cerraron el año pasado). Las nuevas generaciones crecerán sin referentes musicales de calidad, solo con esas cosas de menear el culo y restregarse. ¡Vergüenza!

viernes, 16 de junio de 2023

Project Highrise (PC, 2016)

 

Versión analizada: PC.

Otras versiones: PlayStation 4, Xbox One, Nintendo Switch, Android, iOS

No hay nada más inhumano que un rascacielos, esas torres de hormigón y metal que desafían a los dioses. Lo de apilar personas ya parece bastante macabro una vez muertos, con estos nichos rollo colmena que imagino tienen como único atractivo su precio más reducido (por suerte no he tenido oportunidad de cerciorarme), pero ¿aún en vida? Sólo acepto edificios de más de diez plantas en lugares como Benidorm, donde esos tótems del progreso canceroso son el atrezzo perfecto para la decadencia general, y aparte tienen preciosas vistas a la playita. Cosa que por otro lado debe generar el efecto dómino que se da cuando se levanta el que tienes delante en un concierto: posteriores colosos deben ser aún más altos para por lo menos poder venderlos con el plus de "balcón al mar", y así nos plantamos con obeliscos de 1 kilómetro de altura que podrían venirse abajo con la más sutil brisa mediterránea. Es un problema.

En Project Highrise no hay brisas (aunque la lluvia tiene efectos negativos, si bien más para la afluencia de público en tu boyante templo a la modernidad que para la estabilidad de sus cimientos), pero sí que hay una simulación más que fidedigna de la alienación post-industrial del individuo. Placer, trabajo y vivienda, todo aglutinado en los mismos metros cúbicos. Una sociedad en miniatura de la que tú eres arquitecto y Dios Supremo, sin rendirle cuentas a nadie, ni siquiera a tus pobres inquilinos.

lunes, 22 de mayo de 2023

Wolfenstein: The New Order (PC, 2014)

Versión analizada: PC.

Otras versiones: PlayStation 3, PlayStation 4, Xbox 360, Xbox One

El añorado Norm MacDonald dijo "no sé si ustedes son aficionados a la historia o no pero, a principios del siglo pasado, Alemania decidió entrar en guerra. ¿Y con quién entraron en guerra? ¡Con el mundo! Uno pensaría que el mundo tardaría unos cinco segundos en ganar, pero no, ¡estuvo muy cerca!". Tan cerca, de hecho, que es concebible, y casi un tópico en el género de la "historia alternativa", un mundo en el que Hitler se hiciera con el dominio absoluto del planeta. Wolfenstein es quizá la obra más popular en presentar esta idea, empatada con El hombre en el castillo de Dick. Una saga casi sinónima con el desarrollo de la industria del videojuego, que increíblemente cumplía 33 años cuando salió este título, The New Order.

Cómo no, nunca la había jugado, y aunque los shooters nunca han sido mi fuerte, es difícil resistir la tentación de matar unos cuantos puñados de nazis, así que qué diablos: pasadme el lanzallamas, que hoy cenamos bratwurst.