jueves, 9 de abril de 2015

Tekken: Dark Resurrection (PSP, 2005)



Versión analizada: PSP
Otras versiones: PS2 y PS3 (versión HD)

La saga Tekken es sinónimo de lucha de muchísimos quilates en cualquier consola, y PSP no fue ninguna excepción cuando se adaptó exitosamente su complejo y profundo sistema de lucha a sus circuitos. Tekken: Dark Resurrection fue, de hecho, tan bueno que asustaba. Impactaba también sobremanera, hasta el punto en que nadie podía creer que una pantalla tan pequeña pudiese albergar todas las bondades de las consola de sobremesa, y mejorando aún más la experiencia.

En cualquier caso, el éxito fue rotundo y los halagos desmesurados. ¿Merecidamente? Claro que sí, y cortos se quedaron, porque estamos, sin ninguna duda, ante uno de los mejores juegos de lucha portátiles jamás creados. Divertido como el infierno y purista como pocos, nos encontramos en esta ocasión ante puro caviar dentro del género, y podéis creerme: degustarlo y analizarlo es un pequeño gran placer nostálgico.

Utilizando como "trama" arcade la de Tekken 5 (es un port directo), Dark Resurrection contiene a todos los luchadores del juego de sobremesa y manteniendo, por increíble que parezca, la fiable y completa jugabilidad del título de PS2. Además de poder jugar la historia de cada personaje dentro de la trama de Tekken 5, tenemos diversos modos adicionales (minijuegos, Lucha libre, Dojo, etc.) para hacer de la experiencia una gozada. Como en la tele, pero destrozando a rivales en cualquier parte y con todo el encanto de la saga.

Heihachi, Jin, Kazuya, Brian, Asuka, Hwoarang, Yoshimitsu y el resto de fijos de la saga (junto a nuevas incorporaciones) completan un elenco de luchadores sin parangón.

Y a la hora de hablar de los modos de juego, no es difícil destacar los que probablemente sean más importantes: Historia y Arcade. El primero porque, como ya se ha comentado, nos permite seguir el desarrollo de la aventura a través de cada personaje, superando diversos combates hasta enfrentarnos al jefe final, Jinpachi. Sería justo decir que sólo el hecho de ir superando fases y obteniendo premios y dinero, además de desarrollar de forma excelente los diversos quehaceres de los luchadores (muy bien desarrollados, complejos y con excelentes historias) ya hacen de este modo una maravilla... pero es ver las secuencias cinemáticas, con una calidad altísima, y alucinar en colores. Arcade, por su parte, sigue más o menos la senda de la saga: escoge a un personaje, gana combates con él hasta caer y mientras mejora su nivel, consiguiendo por el camino numerosos premios y jugosos extras que merecen MUCHO la pena (música, vídeos, nuevos modos...).

Como modos secundarios pero igualmente picantes tenemos Lucha libre (combatir con determinadas reglas, como usar solo una serie de golpes, ganar en con un límite de tiempo, etc.) y Dojo. Este último es especialmente adictivo, ya que en la lejana isla de Gorin, invita a vencer a todos los estudiantes de artes marciales que se nos pongan por delante. Y si tienes ganas de más tienes los combates Ad-hoc, el completísimo y espectacular editor (con el que tenemos unas inmensas opciones de personalización) o los diversos minijuegos y secuencias desbloqueables, que garantizan muchas horas de diversión. 

Los combates son una gozada, y gráficamente llevan la portátil de Sony al límite. 

Pero la clave de todo reside en el sistema de combate, evidentemente, algo en lo que la saga Tekken puede presumir sin dificultad... hasta cierto punto. Si bien es cierto que requiere una buena técnica y un progreso de aprendizaje aprender a dominar los golpes de todos los personajes, no creo que esté a la altura de juegos más técnicos, difíciles e, incluso, aún más profundos en este sentido (Soul Calibur, por ejemplo), que realmente exigen de un control y dominio exigentes si queremos derrotar a nuestros contrincantes, mientras que aquí, machacando los botones como un demente hasta un mono de feria puede ganar más de un envite.

Pero meterme con el sistema de lucha no quiere decir que sea malo. De hecho, el control de Tekken: Dark Resurrection no solo tiene el encanto de la saga (su amplísimo catálogo de golpes y posibilidades), sino que también se adapta perfectamente a las características de PSP para crear unos combates rápidos, vibrantes, divertidísimos y con mucho jugo. Algo impensable en una portátil de características tan limitadas, pero que los chicos de Namco Bandai supieron adaptar a la perfección.

La historia de los personajes se cuenta de forma amena a través de viñetas de anime, aunque lo que más impresionan son las cinemáticas...

Por si fuera poco, la dificultad está extraordinariamente equilibrada y es regulable, pudiendo hacer que el jugador vaya aprendiendo poco a poco a superar los niveles y perfeccionarse. Pero lo que realmente impresiona de esta maravilla es su acabado: el apartado técnico de Tekken: Dark Resurrection deslumbra desde el minuto 0, con fluidas e hiperrealistas animaciones, impecable modelado y acabado de los personajes y escenarios detallados, coloridos y llenos de vida. Y eso por no hablar del sonido, con unos efectos y melodías sobresalientes que redondean un apartado brillante y sin apenas defectos. A veces, incluso, rivalizando con PS2.

Con más de 30 personajes jugables (cada uno con sus particularidades, golpes especiales y trucos), modos para parar un tren, un excelente acabado y dosis de diversión infinitas, estamos, sin duda, ante una de las mejores conversiones a portátil jamás hechas, y más teniendo en cuenta que en este caso estamos hablando de una saga de lucha legendaria y asentada. Y, por si fuera poco, si tienes PS3 está disponible Tekken 5: Dark Resurrection, con todo el encanto del original y con la posibilidad de jugar con el malo final, Jinpachi.

¿Cansado de pegarte con todo quisqui? Pues una partidita de bolos y relax...

Así que ahora que esperamos con ansias la llegada de Tekken 7 a PS4 y gastamos los cartuchos con la única entrega vista en PS3 (Tekken 6, cuya conversión a PSP fue bastante desastrosa), no es mal momento para recordar uno de los mejores juegos de lucha de todos los tiempos, y en este caso un port extraordinario que aún impresiona y mantiene intactas sus bondades. Un enorme tesoro que aquellos que aún dispongan de la PSP original seguro que todavía rejuegan más de una vez.

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LO MEJOR: todo lo que le pides a un juego de lucha. Tal cual. Y un apartado técnico escandaloso.

LO PEOR: si quieres algo técnico y difícil en PSP, es una excelente opción, pero siempre le superará por poco Soul Calibur: Broken Destiny. Y poco más...


VALORACIÓN: 98/100. El mejor juego de lucha que pudimos ver en PSP y uno de los mejores habidos y por haber también en sus hermanas mayores. Sólo que, en la palma de la mano, esto sigue impresionando en 2015.

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1 comentario:

  1. ¡¡¡¡¡Nostalgiaaaaaaa!!!!! En serio, la de horas que le habré echado a este juego. Menuda maravilla

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