El Señor de los Anillos: la Guerra del Norte (PS3, 2011)

Versión analizada: PS3
Otras versiones: PC, Xbox 360

Los usuarios siempre nos quejamos del mismo problema: la paupérrima calidad de los videojuegos basados en películas. Si bien algunos de la primera saga de Spiderman y El Señor de los Anillos llegaban a alcanzar una calidad notable, lo cierto es que eran raras excepciones dentro de un género muy maltratado y vilipendiado. Hasta que a alguien se le encendió la bombilla y pensó: ¿y si ampliamos los universos de sagas míticas del séptimo arte dentro de las consolas de sobremesa?

Gracias a esto, surgen propuestas tan interesantes como los brutales y sobresalientes Batman: Arkham Asylum o este divertido El Señor de los Anillos: la Guerra del Norte, un juego de acción con toques de rol que amplía la historia de la trilogía y en el que el juego cooperativo juega un papel fundamental, dejando a los fans del universo de Tolkien y a todo aquel que quiera pasar un rato muy entretenido más que satisfechos.

El juego nos presenta al trío de razas por excelencia en la Tierra Media: una elfa, un enano y un hombre (aquí no hay hobbits porque todos sabemos que son unos vagos redomados), cuya misión es frenar el avance del comandante de los ejércitos de Sauron en el Norte, el terrible Agandaur, mientras la Comunidad del Anillo sigue las aventuras de las pelis de Peter Jackson.  Así, atravesaremos diversos parajes del universo tolkieniano enfrentándonos a hordas de enemigos implacables, interactuando con los protas de la saga, realizando algún encarguito que toque para superar el juego al 100 %...

De izquierda a derecha: Andrien, Eradan y Farin.
Cada uno posee habilidades bien diferenciadas
que pueden ayudar a la hora de meternos en faena.

Para más señas, lo que destaca al juego es sin duda la cooperación. Aunque puedes pasarte la aventura de forma individual, desde aquí ya te digo que se disfruta el cuádruple jugando con un amigo (o dos, si juegas una partida cooperativa online). Y más si os gusta ese maravilloso universo friki de El Señor de los Anillos, pues la historia, a modo de expansión alternativa de la trilogía original, tiene detalles muy interesantes que harán las delicias de los fans. 

La jugabilidad, todo hay que decirlo, es más simple que un botijo, pero ahí reside en parte el encanto del juego. Con cuadrado y triángulo como botones principales de ataque y L1 para la defensa, apenas podemos realizar unos pocos combos, pero gracias a las mejoras progresivas y a la rapidez y fluidez en los combates, es fácil acostumbrarse. El juego destaca por ser bastante correcalles y lineal, pero al ser la cooperación la base fundamental del éxito y tener un toque gore bastante bestia a la hora de rematar a los enemigos, la diversión se multiplica.

Hay que ser cuidadoso a la hora de mejorar a los personajes, ya que
los potenciadores solo pueden usarse una vez, y después no hay vuelta atrás.

Y a esto también ayuda un sistema de mejora de personajes bastante intuitivo. Gracias a la experiencia de las peleas, podemos ir subiendo de nivel a nuestro combatiente (ese toque rol que no falte), y cada vez que mejoremos estarán a nuestra disposición nuevas y más destructivas armas y mejoras defensivas. Además, cada personaje tiene unas características bien diferenciadas que pueden ayudar a los demás, como el escudo protector (y con el tiempo, también sanador) de la elfa, el grito aturdidor del enano o la capacidad de hacerse invisible del montaraz...

Por otra parte, a la hora de "maquear" al personaje podemos retocárselo todo para crear al guerrero definitivo: casco, tobilleras, armas de una o dos manos, arcos, armadura... y todo ello gracias a los objetos que vamos encontrando en el camino o a los que compramos en las diferentes tiendas que encontramos a lo largo del juego.

No obstante, el juego no está exento de problemas que le hacen quedarse como un producto de factura notable, sin aspirar a más. Para empezar, gráficamente está lejos de lo que pueden dar consolas de la talla de PS3 o Xbox 360. En la versión que aquí nos ocupa (PS3), observamos ciertos parajes realmente bellos y coloridos, pero que podrían ofrecer más detalle. Los diseños de los personajes son más que correctos, y son reconocibles los cameos de los protas de la saga, pero podrían estar bastante mejor hechos, especialmente en lo que a expresiones faciales se refiere (de hecho, a veces, ni siquiera mueven los labios cuando hablan. Un poco tacaño ese detalle, ¿no?). Las animaciones, por su parte, cumplen con nota pero sin alardes, y para colmo de males, el juego salió con terribles problemas que pueden joder bastante cualquier partida, como bugs malintencionados que siguen sin ser solucionados por la inexistencia de parches o actualizaciones que lo remedien. Una lástima.

Cuando el enemigo esté "a punto de caramelo", presiona triángulo para rematarlo
y disfrutar de cosas como esta, que además multiplican la experiencia...

Y en cuanto a sonido... una de cal y otra de arena por estos lares. La banda sonora es de notable factura y los efectos están logrados, pero el doblaje en castellano... ¡ay, qué dolor! Y la verdad es que es una pena, porque hay voces muy buenas y bastante conocidas, como Salvador Aldeguer o Juan Perucho (aka Peter Griffin en Padre de familia), pero que se repiten hasta la saciedad. Es bastante tragicómico observar como Perucho habla consigo mismo mientras interpreta a la vez a un enano, un águila y al malo final. Cantoso hasta decir basta. 

Pero todas estas pegas no quitan que el juego siga entreteniendo cosa mala. Jugarlo acompañado es una delicia, aunque la IA de tus aliados sea un desastre, ya que pueden convertirse en una ayuda o en un calvario. Por esta razón, sin duda alguna el clímax del disfrute se alcanza jugando en el modo online, ya que en una misma consola sólo pueden jugar dos personas acompañadas del molesto de turno, al que toca proteger y ayudar cuando toque.

Para acabar, La Guerra del Norte cuenta con una duración bastante aceptable (unas 9-10 horas), además de varios modos de dificultad para completar todas las mejoras posibles en los guerreros y diversas misiones secundarias (luchar contra varias rondas de enemigos, buscar una pieza/objeto determinado) que desbloquean desafíos y permiten obtener cuantiosas y muy disfrutables recompensas. 

Gráficamente se desenvuelve bien, pero no acaba de aprovechar
la potencia de la anterior generación, especialmente
en cuanto a detalle en los escenarios o en las caras de los personajes.

Dicho esto, la conclusión a la que se llega es que La Guerra del Norte es un juego ambicioso, entretenido y con el que no tendrás problemas en pasar más de una tarde dándole al vicio bien acompañado. No es el mejor de su género, ni mucho menos, pero su simple estrategia de matar y avanzar se ve bendecida por el encanto de una saga mítica, una buena historia a modo de complemento de las pelis, toques roleros y la cooperación y el desenfreno con la espada como forma de juego... siempre que los bugs no den por saco.

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LO MEJOR: un sistema de mejoras que pica, la banda sonora y unas enormes dosis de diversión jugándose con un amigo.

LO PEOR: gráficamente podría estar mejor, la aparición repentina de bugs es una faena, la IA amiga a veces actúa de forma ilógica y el doblaje al castellano da risa. 

NOTA: 82/100. Notable beat'em up ambientado en la Tierra Media que podría haberse convertido en un juego mucho más potente de no ser por ciertos detalles. Si te va El Señor de los Anillos y tienes amigos dispuestos, píllatelo y te lo pasarás en grande.