sábado, 16 de agosto de 2014

System Shock (PC, 1994)



Versión analizada: System Shock Portable (PC).
Otras versiones: DOS, MAC.

Allá por 1994 la sombra de Doom era alargada (y lo sigue siendo). Tanto que el título de IDSoftware fue cogido como patrón de una serie de juegos que pese a que en ocasiones llegaban a igualar, si no superar, el original fueron catalogados como “Doom clones”. System Shock, a priori, puede ser catalogado así. Desarrollado por Looking Glass Studios (del cual saldrán más tarde las cabezas pensantes de juegos como Deus Ex), System Shock supuso en su día una completa revolución.


El juego nos pone en la piel de un hacker en el año 2072 que intenta acceder a los secretos de una megacorporación llamada TriOptimum, pero que es descubierto y detenido por las fuerzas de seguridad de la misma. Es trasladado a la Ciudadela, una estación espacial que orbita en Saturno, donde un directivo de la empresa, Edward Diego, nos ofrece un trato bastante jugoso: eliminar los protocolos morales de la I.A. que controla la estación, SHODAN. A cambio, nos ofrece la absolución por los cargos de espionaje y un implante neuronal que solo está disponible para los operativos del ejército. Como es lógico, accedemos a ello y somos recompensados y puestos en un coma curativo que durará seis meses. El juego comienza tras despertar de ese coma.


Nos vemos inmediatamente en una estación vacía, sin tener demasiada idea de qué pasa o de por qué no hay nadie en las cercanías. Pronto recibiremos una transmisión de una empleada de TriOptimum en la Tierra, que nos pone en situación: SHODAN la ha liado parda y el único que puede hacer algo para solucionar la situación somos nosotros. Tampoco es que tengamos mucha opción.


Un aspecto a destacar del juego es su narrativa. La introducción del juego simplemente nos dice cómo hemos llegado a esta situación, y el resto se nos cuenta totalmente ingame, sin escenas. A medida que avanzamos vamos recibiendo emails de nuestro contacto en la Tierra y encontramos mensajes que han dejado los anteriores ocupantes de la Ciudadela, donde nos detallan qué planes tienen para hacerle frente a SHODAN o nos comentan que quizá su compañero que fue a tal sitio esté muerto con un arma bastante chachi. La narrativa es pues uno de los pilares de la jugabilidad, ya que es muy posible que no sepamos qué hacer si no prestamos atención a lo que nos va diciendo la anterior tripulación de la estación espacial. Sin embargo, de lo que más nos vamos a preocupar a medida que avancemos es de SHODAN. 


Por decirlo rápidamente, SHODAN es una hija de puta. No solo ha masacrado, mutado o convertido en cyborg a toda la tripulación de la estación, sino que pretende erigirse en Diosa ella misma. Además, una vez que empiezas tu andadura por los pasillos de la Ciudadela y se percate de que lo que tramas es posible que no sea del todo beneficioso para ella, empezará a acosarte psicológicamente, llamándote “insecto”  y tendiéndote trampas para intentar destrozarte. Además se dedicará a mirarte a través de las cámaras de vigilancia de la estación, siendo un enemigo invisible pero omnipresente, contribuyendo a aumentar la sensación de mal rollo del juego.

En cuanto a jugabilidad, System Shock cuenta con una curva de adaptación bastante abrupta. El control es tosco como él solo, si bien existe un MOD que lo adapta para que se juegue como un FPS más actual. Sin dicho MOD, utilizamos el ratón no para mover la cámara, sino para ir seleccionando distintas armas, objetos e implantes que vayamos consiguiendo, a la vez que investigamos los entornos de la Ciudadela. Para girar la cámara o mirar arriba o abajo hemos de llevar el cursor al borde de la pantalla hacia donde queramos mirar y clickar. Más allá de lo tosco del sistema y de la complejidad de los menús (que son en tiempo real, por cierto), una vez acostumbrados el juego se vuelve muy accesible. El diseño de niveles es bastante inteligente, con más  de un recoveco oculto donde se esconden logs de la tripulación o armas bastante potentes. Otro elemento a destacar es el Cyberespacio. En él nos introducimos para obtener mensajes que nos hayan dejado nuestros contactos para que SHODAN no los encuentre y los intercepte o para abrir puertas que de otro modo permanecerán cerradas.

En el apartado musical y sonoro, para ser un juego de 1994 es bastante bueno, con melodías completamente cyberpunk que nos ayudan a mantenernos en el universo que los chicos de LookingGlass nos han creado. Aunque lo que más destaca, sin duda, es la voz de SHODAN. Esa voz de mujer metálica y entrecortada consigue ella sola dar sensación de peligro, de observador omnisciente que nos monitoriza constantemente y sabe lo que hacemos en cada instante.

Insect.


La ambientación es simplemente soberbia. Los niveles, que están separados por unos elevadores (la estación está construida de un modo vertical) están lo bastante diferenciados como para saber a qué se dedicaba la gente ahí. Tenemos una cubierta médica, un nivel de investigación, otro de mantenimiento, uno de oficinas, uno de seguridad… la variedad de escenarios está asegurada. Además, cada nivel ostenta un halo de decadencia al ver los cadáveres de los que resistieron a SHODAN mutilados y descuartizados, y ocasionalmente pintadas en la pared con mensajes escritos con sangre.

En cuanto al plantel de enemigos, tenemos bastante variedad, cada uno con sus fortalezas y debilidades (por ejemplo, un arma que lance impulsos magnéticos será devastadora contra cyborgs y robots, pero no le hará más que cosquillas a los enemigos totalmente orgánicos), divididos principalmente en tres clases: cyborgs, seres mutantes y robots. Cada uno, como he dicho, con sus debilidades y fortalezas, lo que nos obliga a pensarnos muy bien qué llevar, pues el armamento es limitado.

En conclusión, a pesar de que cuesta bastante adaptarse a su control, una vez hecho esto nos queda una aventura completa, divertida, profunda y que nos dejará un gran sabor de boca. Como nota al pie de página, comento que el juego tiene selector para casi cualquier aspecto del juego. Así, al iniciar partida podremos elegir la dificultad de los combates, de los puzzles, del ciberespacio y de la historia. Si elegimos el nivel máximo en esta, tendremos siete horas para parar a SHODAN antes de que consiga llevar a término su plan.

Welcome...


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LO MEJOR: La ambientación, la narrativa revolucionaria para la época. SHODAN. La música de los elevadores es humor negro.
LO PEOR: La tosquedad del control, la tosquedad del control en el ciberespacio. Puede hacerse muy cuesta arriba si no prestamos atención a los Logs de Audio.
NOTA: 90/100
CONCLUSIÓN: JUGADLO, INSENSATOS.
REQUISITOS: Al ser un juego del año 1994, son irrelevantes para máquinas de hoy día.
BONUS TRACK:  



SHODAN IS WATCHING YOU MASTURBATING

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