sábado, 30 de agosto de 2014

Shin Megami Tensei: Persona 4 (PS2, 2008)



Versión analizada: Playstation 2
Otras versiones: Playstation Vita, Playstation 3


La verdad es que tengo que deciros que me he quedado un poco sorprendido al comprobar la fecha en que este juego fue lanzado al mercado: 2008. Una época en la que la Ps2 estaba ya pasada y más que pasada, y pocos prestaban atención a sus lanzamientos. De hecho, que yo recuerde, este juego fue la última novedad de la consola que tuvo cierta notoriedad en España. ¿Repercutió eso en la acogida del juego? Pues la realidad es que no; de hecho, hubo quien hasta alabó la idea de realizarlo para este formato, ya que aunque el nivel gráfico del mismo es excelente, no necesitaba ni de broma la potencia de la Ps3 para ser desarrollado.


Pero vayamos al grano. Como dije hace tiempo en mi web, en un post que dediqué a los grandes juegos olvidados de la Ps2, Persona 4 es un juego de rol por turnos que jugué a pesar de jurar que no volvería a jugar juegos de rol por turnos. Y sí, a día de hoy yo pongo la misma mueca que casi todos vosotros cuando escucho en una frase las palabras ‘rol’ y ‘turnos’. En Europa no tenemos esa pasión irrefrenable de los japoneses por este subgénero, con tantos y tantos juegos que hasta hay versiones de rol por turnos de Doraemon, Dragon Ball y Super Mario. La idea peñaza que uno piensa enseguida de ‘me siento, ordeno a los muñecos que ataquen, y espero’, y repetir este proceso unas mil veces por partida, es, no lo neguemos ahora, totalmente cierta. El rol por turnos, en muchos casos, es muy cansino. Tuvo una época dorada que ya está pasada y repasada de moda. El rol por turnos es muy a menudo monótono y aburrido.


Y a pesar de eso os digo: Persona 4 es un juego que empecé a jugar cuando estaba saturado de ese tipo de juegos, y que aun así me enamoró por completo.




La premisa inicial es sencilla: somos un muchacho de ciudad recién llegados a Inaba, un pueblo en el que no parece pasar nada apasionante. Estaremos allí un año exacto, viviendo en casa de nuestro tío y su hija pequeña. Poco a poco conoceremos a un grupo de amigos con el que entablaremos amistad y que se verán unidos por culpa de una leyenda urbana relativa a la televisión. Se supone que en el pueblo empiezan a decir que, si miras a una tele apagada a las 12 de la noche en un día de lluvia, verás el rostro de tu alma gemela… pero lo que sale en realidad es el rostro de personas que serán asesinadas a menos que, con la ayuda de tus colegas, lo impidas y, ya que estamos, que descubras y captures al asesino, alguien que te rodea y ves a menudo, al más puro estilo policiaco. Aparte de eso, tendrás que averiguar qué misterio se esconde detrás del comportamiento extraño del televisor, que, de hecho, esconde todo un mundo al otro lado… un mundo creado en base a los rumores y mentiras que esparcimos las personas entre nosotros.

La trama principal del juego es realmente curiosa y llamativa. Es como leer una novela juvenil en la que las pistas se van desgranando poco a poco, hasta alcanzar la sorpresa final. Por cierto que, dicho sea de paso, existe anime de la historia, de una calidad excelente también, y fiel hasta el último detalle a la trama del videojuego.



El punto más potente del juego, sin embargo, es que no se trata de un juego de rol en el sentido estricto de la palabra, sino de una mezcla, por decirlo de alguna manera, entre juego de rol y simulador al estilo Sims. Dicho así parece un petardo abstracto, así que os lo voy a intentar vender de otra manera. La idea es que, dado que eres un adolescente, por mucho que intentes detener al asesino, debes llevar también una vida normal, y eso incluye: ir al instituto, salir con tus colegas, ayudar en casa… y lo que tú quieras.

Y creedme cuando os digo que ese ‘lo que tú quieras’ es amplio, amplio de veras. Podéis dar clases particulares, apuntaros a deporte o música, estudiar cuando hay exámenes, tratar de comeros un bol gigante de ramen, pescar, leer, realizar maquetas, adoptar una mascota y cuidarla… la gracia de todo esto, y sin duda lo más bonito y llamativo del juego, es que no podéis hacerlo todo; tenéis que elegir, porque las horas del día no son infinitas. Y al tener que elegir, conoceréis en vuestra vida a unas personas mientras que otras serán absolutas desconocidas.




En términos de juego, cuanta más gente conozcáis, y/o más fuertes sean vuestros lazos con los que ya conocéis, más poderosos seréis a la hora de capturar al criminal en ese otro ‘mundo televisivo’ del que antes hablaba. Pero el verdadero placer de hacer eso, como todo el que ha jugado recuerda bien, es que a medida que les conoces, vas sabiendo más de ellos y de sus vidas. Y las historias secundarias de los personajes son, en su inmensa mayoría, muy buenas y emotivas. Podréis descubrir que vuestro tío, un poli en apariencia huraño, alberga un dolor inmenso relativo a la muerte de su mujer; que uno de vuestros colegas más macarras disfruta cosiendo peluches para los niños; que otro de ellos se siente culpable porque su padre ha traído unos grandes almacenes al pueblo, arruinando a tenderos de toda la vida; y así muchas más, todas muy bien construidas, muy humanas, y muy cálidas.



Mención aparte merece la magnífica intro y un apartado que me dejó impresionado de manera sobresaliente, y es la música del juego. En los juegos de rol es clásico acabar harto de las melodías debido a lo habitualmente que aparecen en el mismo; en este tuvieron un inmenso acierto al llenar el juego, no ya de banda sonora, sino de canciones con letra y voz, todas ellas de muchísima calidad y muy pegadizas. Hasta tal punto son buenas que el juego se vende a menudo con un CD incluyendo tales canciones.



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LO MEJOR: La idea es muy fresca y la trama muy buena, pero las subtramas secundarias son aún mejores. La sensación de estar jugando una partida irrepetible. La jugabilidad. La música. Todo el buen rollo general que el juego transmite.



LO PEOR: Durante la primera hora de juego apenas hay más que vídeos y vídeos sin interacción, pero una vez pasado, llega la diversión. Las peleas con los jefes pueden ser cuesta arriba si no vas un poco sobrado. No es para jugar media hora al día, es mejor jugar una tarde durante una o, preferiblemente, al menos un par de horas. No es para completistas; no trates de conseguirlo todo al 100% o te dará un infarto cerebral múltiple.



VALORACIÓN: 90/100. Por conseguir revitalizar un género del que ya había abominado por completo después de jugar a los Final Fantasy, y por demostrarme que aún se pueden hacer juegos que años después recuerdas con una sonrisa en el rostro.


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