miércoles, 20 de agosto de 2014

Rayman Legends (Xbox 360, 2013)



Versión analizada: Xbox 360
Otras versiones: PC, Xbox One, PS3, PS Vita, PS4, Wii U

La verdad es que me costó mucho decidirme por el juego con el que abrir mi colaboración en este blog. Finalmente me decidí por este título por dos motivos: considero que Michel Ancel es uno de los mejores creadores de videojuegos que existen hoy en día; y pocas veces me lo he pasado tan bien como con este Rayman Legends, que además acabo de terminar.

Por si alguien no conociera al personaje, Rayman fue creado en el año ’95, para su primer videojuego homónimo, y es un extraño ser indefinido que vive en el Claro de los sueños, tiene mechones de pelo dorado que le permiten volar (o planear, según la versión) y viste algo morado, una bandana roja, guantes y zapatillas amarillas. Tiene una nariz que no veas y… carece de brazos y piernas.

Desde el primer juego se veía que la saga se iba a caracterizar por el surealismo más absoluto, y así es. Rayman es un personaje extraño, un tanto alocado y rodeado de seres a cual más cándido y absurdo, y enfrentado a monstruos salidos de una pesadilla. Para poner un simple ejemplo: cuando el personaje se quedaba totalmente quieto, en lugar de ponerse impaciente como otros protagonistas de plataformas (por ejemplo Sonic golpeaba el suelo con el pie), se ponía a jugar al baloncesto con su propio cuerpo.

Si ampliáis para ver la cara de Globox, os daréis cuenta de que
seguramente Rayman y sus colegas estén bajo el efecto de alguna droga.
Eso o son raritos, sin más.

Comento esto porque resulta importante para captar buena parte del valor de este último título de la saga. Después de la segunda y tercera entregas del juego, que pasaron de un plataformas 2D a  títulos de aventuras en 3D, y de varios spinoff que exploraban diferentes géneros (incluyendo las colecciones de minijuegos de la subsaga Rayman Raving Rabbids), la vuelta al clásico plataformas en 2D no llegaría hasta 2011, cuando Michel Ancel retomara las riendas de la saga con el título Rayman Origins (en los videojuegos de los Rabbids era poco más que diseñador de personajes, y no en todos).

Cabría sobre Origins una crítica más detenida que os traeré en su momento: baste decir que el juego retrotraía al espíritu más original de Rayman, pero llevándolo a un extremo de locura y velocidad, que parecía insuperable… hasta que llegó Rayman Legends.

Este título es todo lo que era su predecesor, pero multiplicado por mil. Para bien y para mal. Por empezar por los puntos flojos, cabría destacar, además casi como único punto débil, una historia bastante floja que no es más que una mera continuación repetitiva de Rayman Origins, y que no ofrece gran cosa: en el anterior título, te dedicabas a salvar el Claro de los Sueños del ataque de unas pesadillas, o Darktoons, que querían destruirlo. En este, situado 100 años más tarde, sucede exactamente lo mismo, solo que hay nuevos mundos por salvar y las pesadillas están comandadas por los cinco Diminutos Oscuros.

Ese, como digo, es el punto más débil del juego, una historia sin apenas desarrollo ni originalidad, y en la que no importa mucho entrar, que queda muy lejos de la maestría del desarrollo de otras historias de Ancel, como la de Rayman 2: The Great Escape, o Beyond Good and Evil. Es, sin embargo, un punto bastante perdonable cuando analizas sus aspectos buenos que son, básicamente, todos los demás.

Lo primero que llama la atención de Rayman Legends es el precioso diseño de los personajes y los mundos, que aun siendo simples, son encantadores. Tenemos a cuatro tipos de personajes principales: Rayman, Globox, los Diminutos, y las Princesas. Pero aunque son cuatro personajes base, todos tienen un sinfín de variaciones: que si el Diminuto Ninja, que si el Diminuto Mago, dos princesas guerreras diferentes por cada mundo, Globox desnudo, Rayman Monje, Diminuto Ermitaño…

Ciertas versiones del juego llevaban trajes de Splinter Cell o de Assassin's Creed.Es un guiño que, de hecho, ya realizan algunos enemigos del juego,
que se descuelgan y atacan como SamFisher y otros personajes de Ubisoft.

Todos ellos, eso sí, tienen los mismos poderes, pero resulta cuando menos divertida la gran variedad de personajes jugables que hay. En cuanto a los poderes, por otra parte, es curioso como lo alocado del juego no se refleja aquí; a diferencia de otros títulos de la saga, ni Rayman (ni por supuesto sus compañeros) tienen poderes reales. No pueden volar, ni disparar lums (los puntos de luz que vas recogiendo, y que en el mundo de Rayman conforman el tejido de la realidad) con las manos, ni lanzar el puño y agarrarse a los sitios… Lo único que pueden hacer es planear (Rayman con el pelicóptero, Globox aleteando como un pájaro, las princesas con las alas del casco, los diminutos abriendo la túnica…), bucear, correr y golpear (con las manos o con hachas/espadas). Básicamente, son los mismos poderes que aprendías al principio de Rayman Origins, poco a poco, y que aquí controlas desde el primer momento.

Ocasionalmente, y para derrotar a ciertos enemigos,
conseguirás poderes como el puño volador.

Esa sencillez en las posibilidades de acción del jugador podría dar una sensación engañosa de pobre jugabilidad, pero sucede todo lo contrario. Al ser algo tan sencillo, y que obliga tanto al contacto con los enemigos, los mundos del plataformas se construyen a toda velocidad, cargados de recodos y objetos escondidos, y con enemigos con bastante mala leche y más alcance que nosotros, pero mucho más lentos, lo que habitualmente desemboca en tortazos a mansalva.

La capacidad de dar tortazos, por cierto, supone al tiempo una bendición y una cierta maldición. El juego puede pasarse en un solo jugador, aunque desde ya os recomiendo que jamás lo paséis solos: el verdadero valor del título está en su modo multijugador (el mismo que el un jugador, vaya), en el que cualquier jugador puede unirse en cualquier momento. Los jugadores pueden golpearse unos a otros, y aunque resulta una locura, y tremendamente divertido el caos que se produce entre todos ellos mientras corren para superar un nivel, la mitad del tiempo lo pasas muerto (o sea, convertido en una pompa que flota hasta que la golpean para que reviva).

Por si esa jugabilidad no bastara, la variedad de niveles de Rayman Legends es otro de sus grandes puntos fuertes. Hay hasta 120 niveles de juego desbloqueables: unos, en tierra firme; otros, buceando bajo el agua; otros en los que estás entre las nubes planeando; otros en los que vuelas montado en un mosquito (en un guiño a los primeros títulos de la saga)… y otros que van combinando todo ello. En algunos, por ejemplo, te convierten en pájaro sin ningún motivo, y vas por ahí con un cuerpo emplumado y alas diminutas haciendo “¡cuac!” con la cabeza de tu personaje. Hay niveles en los que te persiguen pirañas voladoras, anguilas gigantes, dragones o lenguas de fuego y lava, hay niveles que tienes que superar en el fondo abisal, rodeado de oscuridad absoluta, y hay niveles donde cuentas con la ayuda de Murphy, el ser que siempre ha sido guía y ayuda espiritual de Rayman.

En algunos niveles volamos a lomos (o colgando) de mosquitos
(la imagen no estoy seguro de si es de Legends o de Origins).
En otros, nos convertimos en patos...
 


Y luego están los niveles musicales, que me atrevo a decir son uno de los mejores inventos en la historia de los videojuegos de plataformas. Aunque ya existe en la historia de los videojuegos algún caso similar (nuestro compañero Magnus escribía hace tiempo en su web sobre Vib Ribbon, que tenía una mecánica en esta línea), nunca me he topado con una experiencia tan envolvente como esta. Cada mundo que completamos tiene un nivel final en el que la música está completamente sincronizada con los movimientos del jugador, los lums que recoge, o los enemigos con los que acaba. Básicamente, imaginaos jugar a Sonic mientras de fondo suenan temas de Ram Jam o las magníficas composiciones de Christophe Héral, que entre esta banda sonora y la de Beyond Good and Evil ya ha demostrado que puede hacer lo que sea. Suena bien, ¿verdad? Pues todavía no habéis visto el nivel que tienes que pasarte con el Eye of the tiger en versión mariachi de fondo.

Y aún hay más: cuando completas todo el juego, se desbloquea un mundo de niveles enteramente musicales: básicamente, es un nivel nuevo (con uno de los mejores temas de Héral, claro homenaje a Morricone y otros grandes del cine del Oeste) y los mismos niveles de antes en versión 8-bit. Lo que significa no solo música como la de los videojuegos de los años 80, sino también una imagen pixelada, invertir la pantalla (cosa que sucede también en otros niveles), dividirla una y otra vez, o pasarla por filtros como si el barrido del televisor fallara.

Los niveles musicales en 8-bit son el punto culminante del encanto de este juego.

Y aún todavía hay más: a medida que completas todos los niveles de Rayman Legends, y si lo haces con puntuación suficiente, consigues “billetes de la suerte”, que al rascar te pueden dar varios tipos de premios: diminutos, criaturas (bichos monísimos que diariamente te dan lums extra), más lums, o niveles de Vuelta a los orígenes, que son, ni más ni menos, que rediseños de buena parte de los niveles de Rayman Origins, incluyendo los jefes finales.

Todo esto de lo que os he hablado viene a ser la campaña principal del juego, pero no es lo único que ofrece. Hay cuatro niveles de retos que van cambiando: dos diarios, y dos semanales. En ambos casos, es un nivel “normal”, multijugador; y un nivel “extremo”, solo para un jugador. ¿Qué no os parece suficiente? También existe un divertido modo de juego llamado “Kung-fútbol”, en el que equipos de hasta tres jugadores se alinean en dos porterías enfrentadas (siguiendo el mismo diseño en 2D que el resto del juego), y tienen un minuto y medio para marcar tantos goles como puedan y donde absolutamente toda clase de ataques y lesiones al jugador contrario están permitidas.

¿Quién no querría jugar a esto en la vida real?

La adaptación española es, básicamente, para los nombres de mundos y niveles, pues no hay mucho diálogo en el juego (a no ser que gruñidos y jadeos, o murmullos ininteligibles, se consideren diálogo). Está muy lograda, pues todo tiene que destilar un sentido del humor a juego con la locura del mundo que creamos, que encaja a la perfección y a veces incluso supera los guiños culturales y absurdos de la versión original.

En cuanto al apartado de logros del juego, la mayoría son bastante fáciles de conseguir. Sin embargo, también es cierto que la mayoría requieren ser muy meticulosos a la hora de recoger todos los lums y jaulas escondidos en los niveles (algo que te ayuda a desbloquear personajes y niveles, así que siempre está bien), y alguno, como el de conseguir un millón de lums y desbloquear al héroe final, necesita de muchas horas de juego. De todas formas, por si alguno se os atraganta, os dejo aquí una guía.

Tanto el juego como los logros son bastante sencillos,
aunque puede haber algún enemigo que suponga un cierto reto...

Hablando de la duración, por cierto, la gente habla de 10-12 horas de juego… yo, con lo de repetir niveles y coger todo lo cogible, cosa que ya he hecho, debo de llevar fácilmente unas 30 horas de juego, y aún tengo apenas 540.000 lums (aunque se puede conseguir el millón, el récord mientras escribo estas líneas lo tiene un tipo con 15 millones de lums… lo que equivaldría a pasarse el juego por primera vez, que es cuando más lums consigues, unas 30 veces). Lo que es la historia sin más puede que ronde esa duración, pero el juego ofrece muchísimas más horas de diversión, os lo garantizo.

Divertido, genial, gamberro y encantador de principio a fin. Recomendado a más no poder. ¡Hasta los créditos y la posibilidad de destruirlos (ganando más lums, además) son geniales!

Allez-y, mes ami!

Buenos días, y buena suerte.

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LO MEJOR: la jugabilidad, el diseño de mundos y personajes, lo divertido que resulta, la enorme duración, el encanto que tiene… y sobre todo los niveles musicales.

LO PEOR: pasárselo en multijugador, aunque es mucho más divertido, puede llegar a resultar un verdadero caos, y seguro que ha roto tantas amistades como ha fortalecido (todo depende de la paciencia y las ganas de pasárselo bien de los jugadores). La historia tiene un desarrollo un tanto pobre.

NOTA: 96/100. Imprescindible. Algunos han llegado a llamarlo “el Super Mario de la nueva generación”. Es uno de los mejores juegos de su género que se hayan desarrollado jamás, y probablemente, lo mejor de la saga Rayman junto con The Great Escape.

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Tráiler del juego para el E3

Tráiler de lanzamiento (este es todo con imágenes reales del propio juego)

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