Versión analizada: PSP
Otras versiones: ninguna
Oficialmente, comienza el mes de la velocidad en Insert Coin. Ya sabéis que el blog en sí no es más que una mera excusa para analizar títulos nostálgicos que nosotros, universitarios condenados, disfrutamos en una época donde ni siquiera pensábamos que llegase el día en que veríamos una PlayStation 4 o gafas de realidad virtual, y las próximas semanas va a tocar ponerse al volante de títulos de conducción que, con sus más y sus menos, son todo un ejemplo a seguir.
He querido empezar con el más modesto de todos los elegidos. Porque sí, vamos a hablar bastante de la saga Gran Turismo, una franquicia asentada, realista y que siempre ha sido la envidia del género... aunque con su última entrega, Gran Turismo 6, le han llovido unas cuantas críticas: que si paso atrás, que si parece una expansión grandota de Gran Turismo 5... Mucho quejaros, sí, pero los que tuvimos (y aún tenemos) la PSP original no podemos olvidarnos de la decepción que supuso su salto a la portátil. Eso sí que fue un palo...
Y ojo, que en absoluto estamos hablando de un juego mediocre. Estamos hablando de un producto que tiene la palabra Gran Turismo en el título y en las sensaciones de conducción, y ya. Bueno, también en el hecho de que su acabado técnico está cuidadísimo y en que tiene un montón de coches y circuitos... ¡pero eso no le exime de sus pecados!
El modo derrapes, que apareció por primera vez en Gran Turismo HD Concept, está incluido también en esta entrega. |
Lo mejor va a ser recapitular, y tal. En el lejano 2008, todo poseedor de una PS3 babeaba con la mera idea de que Gran Turismo 5 se encontraba en desarrollo. Para paliar la espera, Polyphony Digital sacó al mercado Gran Turismo 5 Prologue, una especie de "demo grande" de GT5, con más de 70 coches y 6 circuitos, incluyendo por primera vez en la saga la modalidad online. Pero la sorpresa más grande llegó en 2009, porque el estudio de Kazunori Yamauchi lanzaba una entrega para PSP que, en principio, había quedado descartada. Y todos pensamos entonces que sería maravilloso sentir la conducción con mayúsculas en cualquier lugar. Bueno, pues pensamos mal... aunque con matices.
Porque, ya fuese por las prisas o porque la portátil no les permitía llevar un plan de mayor ambición, Gran Turismo PSP se quedó en un producto modesto, aunque de mucha calidad. Es imposible no aplaudir el trabajo de los desarrolladores a la hora de plasmar el realismo y las sensaciones al volante, pero lo cierto es que su lanzamiento nos dejó muy fríos por culpa de varias losas.
La más importante es, por supuesto, la ausencia de un modo Gran Turismo. Claro, porque era una gran idea lanzar un juego con el nombre de una saga mítica de la conducción sin su modo estrella. Admito que, para paliar este problema, se dotó al juego de otros factores que estimulasen al usuario, como un mayor número de pruebas de conducción. Van de la letra A a la Q, y en ellas debemos luchar por conseguir el oro, así como jugosos créditos. Porque sí, ahora por cada prueba de conducción que superes, recibes a cambio una simbólica cantidad de pasta para coleccionar autos.
Las pruebas son variadas y nos ayudan a aprender a controlar los vehículos en diversas situaciones: curvas pronunciadas, superficies de tierra, hielo o asfalto... Incluso podemos utilizar prototipos, esos vehículos que se ponen a 300 por hora como si nada y con los que, por supuesto, hay que tener mucha paciencia en el pilotaje para aprender a manejarlos como es debido. Superaremos cada prueba una vez obtengamos el tiempo mínimo exigido (bronce), aunque siempre podemos picarnos y conseguir más créditos intentando ir a por la plata y el oro, lo cual, a veces, es realmente difícil.
Los concesionarios cambian según los "días" del juego, y ofrecen los coches de las marcas más prestigiosas: Mercedes, BMW, Ferrari, Infiniti, Audi... Hay 830 para coleccionar. |
Más allá de estas pruebas, lo cierto es que Gran Turismo PSP no ofrece casi ningún aliciente para captar nuestra atención. Después nos queda el modo para un jugador, donde corremos en los 35 circuitos del juego (con sus variantes y reversos) para, adivinad: ganar aún más dinero. Y es que el objetivo principal del título es que el usuario coleccione los más de 800 bólidos en un garaje personal a costa de superar carreras con las que, además, podremos ir desbloqueando nuevos niveles de dificultad (D, C, B, A y S), lo que aumentará nuestras ganancias con cada victoria. Por otro lado, también tenemos el clásico modo contrarreloj y el de derrapes, donde conseguiremos puntos por el ángulo, la trazada y la velocidad de los mismos.
Entrando en harina con las carreras, nos encontramos con lo que nos podemos esperar de un Gran Turismo al uso: un fabuloso despliegue técnico, imponente ruido de motores y la extraordinaria sensación de que cada coche es un mundo a la hora de ponernos al volante. En ese aspecto, cero pegas, aunque tan solo competimos con otros tres rivales en los eventos, lo que reduce los picos de emoción.
El sistema de juego sigue siendo exigente, aunque incorpora una novedad que veríamos más adelante en Gran Turismo 5: la ayuda en la trazada, gracias a la cual el juego nos marca las zonas donde debemos frenar de forma más o menos exagerada. La variedad de vehículos y de marcas disponibles sigue siendo espectacular, y tenemos de todo: desde lujosos deportivos a utilitarios comunes, todoterrenos o incluso prototipos e imponentes F1... Una lástima que no podamos personalizarlos ni retocarlos a nuestro gusto en cuanto a motor, suspensiones o turbos. Porque, como nos temíamos, la ausencia del modo Gran Turismo elimina también la opción de poder comprar piezas y maquinaria para nuestros trastos.
Las opciones de personalización, de hecho, son muy limitadas. Apenas podremos modificar, y con matices, el tipo de neumático o la trasmisión, así como otros detalles menores como el TCS, el ASM, y la dirección (activa o no), y podremos elegir la física de conducción (estándar o profesional). No obstante, en nuestro garaje podremos elegir hasta 30 coches que pasarán a formar parte de nuestros favoritos y que ofrecen más opciones de puesta a punto: ajustes de eje, ángulo de caída, peso, índice de muelles y amortiguación, altura del coche... Pero, por mucho que queramos, esto no compensa ni de lejos las gigantescas opciones de modificación de sus entregas "mayores".
Los retos de conducción son el motor del juego. Hay numerosas categorías que debemos ir superando, y dependiendo de la valoración en las pruebas, nuestros ingresos serán más o menos numerosos. |
Gráficamente, eso sí, el juego es un espectáculo maravilloso. Parece mentira que los escenarios y vehículos de Gran Turismo PSP luzcan de forma tan increíble en una portátil, con entornos detallados y con muy poca presencia de "popping" o ralentizaciones, y un modelado de vehículos que no tiene rival en esta consola, aunque se echan en falta deformaciones en los choques. El sonido, por otro lado, es casi de matrícula: a pesar de tener una variedad musical limitada, el título nos permite poder escuchar las pistas que tengamos en nuestra PSP durante las carreras. Y el rugido de los motores, como os podéis imaginar, es una auténtica pasada: se han reproducido de forma extremadamente fiel los distintos sonidos de todos los coches del juego, que se escuchan de forma limpia e impecable.
Todo ello hace que echarnos unas carreras sea un placer visual y jugable, pero que se ve lastrado por la inexistencia de pruebas, modos y desafíos, más allá de los nombrados. Para colmo, tampoco hay modo online, y el multijugador se reduce a carreras vía wi-fi de hasta 4 jugadores. Correcto pero limitado, aunque como añadido tenemos la opción de traspasar los coches conseguidos en PSP para poderlos pilotar en el modo arcade de Gran Turismo 5.
Con todo el pescado vendido, se puede decir que Gran Turismo PSP es un excelente simulador de conducción... para pasar el rato. Porque no tiene ni profundidad, ni variedad ni empuja al jugador a superar pruebas. Es, sencillamente, un pasatiempo que podemos probar de vez en cuando en la calle o a falta de una consola de sobremesa. Sigue siendo, no obstante, tan divertido como siempre, y su exigente conducción y espectacular puesta en escena serán de agrado entre los acérrimos de la saga. Para el resto, hay simuladores más completos en la portátil (sí, Toca Race Driver 3, te estoy mirando a ti).
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LO MEJOR: vehículos y circuitos para parar un tren, un apartado técnico de ensueño y que es capaz de traer la esencia de pilotaje de Gran Turismo a una consola con las limitaciones de PSP.
LO PEOR: la ausencia de modo Gran Turismo (el pilar de la franquicia), modificaciones de vehículos y online. Pocos alicientes para seguir jugando tras superar las pruebas de conducción. Sin deformaciones de los vehículos en los impactos.
NOTA: 78/100. Si te gusta la simulación y quieres sentir que tienes un Gran Turismo en tus manos, es un título a tener en cuenta... siempre que le perdones su escasa oferta de modos de juego y opciones.
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