jueves, 13 de noviembre de 2014

Secret of Mana (Super Nintendo, 1993)


Versión analizada: Super Nintendo
Otras versiones: FOMA 903i/703i, Virtual Console, iOS, Android

Nostalgia. Este será sin duda el sentimiento que estarán albergando muchos en este momento, al descubrir que este es el juego que estoy analizando. Y no es para menos. Secret of Mana, o Seiken Densetsu 2, tal como se conocía en tierras niponas, es uno de esos juegos que representan a la perfección toda una generación en el sector de los videojuegos, en concreto el mundo del rol antes de que Final Fantasy 7 llegara a la Playstation y rompiera absolutamente todos los moldes existentes. Criticar un juego como este es complicado porque hay que tener en cuenta toda la enorme cantidad de tiempo que ha transcurrido, pero aun así, allá vamos.

Secret of Mana es un juego de rol en tiempo real, creado por la ya mítica compañía Square, cuando todavía ni siquiera se había fusionado con Enix, que en esos días era su rival directa y parió otros juegos para el recuerdo como Terranigma. El juego está ambientado en un mundo fantástico pero con levísimas trazas de postapocalíptico, trazas que son más y más evidentes a medida que el juego avanza para acabar por convertirse en el centro alrededor del cual giran todos los acontecimientos.

La leyenda dice que, tiempo atrás, los hombres llegaron a tales niveles de poder que consiguieron controlar la energía del Maná, la fuente divina que da sentido al mundo. Tal fue su arrogancia que, cual Babel futurista, crearon una poderosa nave voladora a la que llamaron la Fortaleza de Maná. Pero los dioses, enfurecidos por la osadía de los hombres, enviaron a sus bestias a destruirla, y pusieron sus esfuerzos en un campeón que, con una espada especial, destruyó la fortaleza y trajo de nuevo el equilibrio al mundo.

Cuando el juego comienza, nosotros manejamos a un pobre muchacho que, oh desgracia, libera accidentalmente la Espada de Maná de su sello y trae de nuevo, en apariencia, el desequilibrio al mundo, por lo que es desterrado de su hogar natal. Pero las cosas no son tan sencillas y hace tiempo que el Imperio, una civilización moderna y muy avanzada, anda detrás de la energía del Maná de nuevo, amenazando otra vez con repetir la historia... salvo que esta vez puede que los dioses no sean tan misericordiosos.
 
La historia del juego es apasionante y muy envolvente. Posee muchas trazas de misterio, y da muchísima importancia tanto a los personajes centrales (tres en total, pues aparte del chico manejamos a un duende y una chica) como a los lugares alucinantes y misteriosos que vamos explorando. El periplo de los protagonistas les lleva a recorrer el mundo de cabo a rabo, un mundo que fue mostrado haciendo gala del excelente modo 7 de Super Nintendo, con sus rotaciones y giros, y que es extenso y rico en variedad sin llegar en absoluto a ser pesado. Es de destacar también lo interesante de que no todos los lugares son revisitables, y tampoco son todos inmutables al paso del tiempo, convirtiendo algunos escenarios en eventos verdaderamente misteriosos. A destacar sobre todo en ese sentido la parte inicial, muy chula en términos de progresión argumental y cómo se va profundizando en exploración, y el continente hundido, toda una delicia en términos visuales y también en intriga.

Si bien los motivos que nos llevan a recorrer el mundo son en un principio algo monótonos (llegar a los templos, matar a los malos, alcanzar la sala con la Semilla de Maná correspondiente, reactivarla), los giros de trama hacen que la experiencia sea menos lineal de lo que parece en un principio: a veces la semilla no está presente, y otras incluso hay que revisitar lugares porque su poder se perdió o fue robada. A destacar también la manera de viajar a base de cañonazos, muy original, y más adelante la posibilidad de viajar en dragón, algo que marcó el inicio de una tradición en los juegos de Square (recorrer el mundo a pata para luego profundizar en él montado en alguna clase de vehículo). Otra cosa en la que el juego destaca es en los jefes. Hay muchísimos, casi cuarenta sin contar repeticiones esporádicas, y algunos son realmente alucinantes, como una burbuja que crece hasta capturarte o el jefe final, no sólo espectacular sino también muy original e inesperado.

Pero el punto fuerte del juego, sin la menor duda y en mi opinión, es la ausencia de turnos, lo que lo convierte en absoluta y totalmente rejugable. Las peleas son en tiempo real y con movimiento: controlamos las direcciones así como los golpes que damos, que podemos potenciar o no a nuestro gusto. En este sentido creo que Secret of Mana es uno de los pocos juegos de Square, junto a Chrono Trigger, que ha eliminado casi por completo las 'partes tediosas' de las que dispone casi cualquier juego de rol de la compañía. Por supuesto, todos los enemigos aparecen, y no hay pantalla de transición alguna: es de acción en el sentido literal de la palabra. Su otro grandísimo punto fuerte, algo muy original y que nunca he vuelto a ver en un juego de rol de consola, es la posibilidad de jugar varios jugadores. Y cuando digo 'varios', digo varios, no sólo dos, sino tres en total (uno por cada personaje). Teniendo en cuenta que hablamos de una época en la que para jugar más de dos personas hacía falta un adaptador especial, es una idea no sólo buena, sino muy rompedora.

La jugabilidad es magistral. El sistema de anillos de órdenes de los personajes es tan bueno que se utilizó en juegos posteriores de Square, y permite manejar a los personajes no jugadores de manera muy satisfactoria, tanto con órdenes genéricas (ataca, defiende, carga el arma), como haciendo que efectúen las magias que queramos sin tener que pausar el juego. Tan pensado está el juego que era hasta posible manejar el mando como un zurdo, esto es, cogiéndolo al revés: sin duda, pusieron mucho esfuerzo en que resultara cómodo el manejo.

Los gráficos son decentes, no perfectos, pero sin duda llaman la atención. La música es muy buena y memorable, con algunos temas que quedaron en el recuerdo. En cuanto al sistema de mejora, mientras que el de las armas es muy dinámico y apenas ralentiza el juego (simplemente debes decidir en cuál de las ocho armas se debe especializar cada personaje), el de las magias supone el punto más flojo del juego, pues se suben de nivel a medida que usan, con lo que al final acabarás echando ocho mil veces la misma magia sobre el mismo enemigo de manera artificial y lo más rápido posible para pasar a otra cosa. Aunque hay que decir que tampoco hace falta ir totalmente al día en niveles de armas y magias, pero si lo haces, casi no habrá enemigo que te dé problemas a lo largo del juego, incluso jefes.

Es importante destacar también que el cartucho, en un principio, se pensó para diseñarlo con prestaciones mayores en mente, pero tuvo que ser visiblemente capado en términos de historia y desarrollo técnico. Sólo podemos soñar con lo que hubiera podido ser este juego, que ya es bueno así como está, en su máximo potencial.

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LO MEJOR: Un RPG de Square sin turnos. Poder jugar dos o tres jugadores simultáneos. La historia y toda la sensación de misterio y embeleso que transmite, sobre todo en las partes finales. Buenos gráficos, excelente música. Las peleas contra los jefes son muy épicas y emocionantes.

LO PEOR: El sistema de subir de nivel armas no es pesado pero no ofrece muchas recompensas (la mayoría de los golpes 'cargados' no dan en el blanco). El sistema de subir magias es monótono. No está traducido al castellano, para aquellos que eso les importe. Es buen juego, pero da lástima pensar que tenían algo aún más increíble en mente.

VALORACIÓN: 88/100. Si te gusta explorar los juegos de calidad que marcaron una época, pero que no son los que están en boca de todos (Mario, Sonic, Zelda), este es sin duda tu juego.

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