Versión analizada: PS4
Otras versiones: Ninguna
“Ser inteligente no cuenta para nada si tú no haces del mundo un lugar mejor. Tú tienes que usar tu inteligencia para que sirva para algo, para servir a la vida, no a la muerte”.
Otras versiones: Ninguna
“Ser inteligente no cuenta para nada si tú no haces del mundo un lugar mejor. Tú tienes que usar tu inteligencia para que sirva para algo, para servir a la vida, no a la muerte”.
No sé
si esto es un despertar o un último estertor antes de morir para
siempre. Pero tras jugar al Horizon Zero Dawn simplemente
tenía que escribir sobre él. Es un problema que tenemos los
escritores: si no lo pasamos a palabras ya sea a boli o teclado, no
nos quedamos tranquilos. Sobre todo si algo nos ha llegado tanto como me
ha llegado a mí este juego.
El
estudio de Guerrilla Games se hizo conocido por la saga Killzone, pero
decidió dar una vuelta de tuerca y su siguiente apuesta fue en un mundo postapocalíptico
donde el hombre se ha visto reducido a la prehistoria mientras las máquinas
pululan por la Tierra. Horizon Zero Dawn vino precedido, además de por su sorprendente premisa, por una polémica absurda relacionada con su protagonista femenina... por no tener
suficientes tetas. Porque algunos se masturban con
videojuegos en vez de, no sé, llamadme loco, jugarlos.