viernes, 29 de diciembre de 2017

Horizon Zero Dawn (PS4, 2017)


Versión analizada: PS4
Otras versiones: Ninguna

“Ser inteligente no cuenta para nada si tú no haces del mundo un lugar mejor. Tú tienes que usar tu inteligencia para que sirva para algo, para servir a la vida, no a la muerte”.

No sé si esto es un despertar o un último estertor antes de morir para siempre. Pero tras jugar al Horizon Zero Dawn simplemente tenía que escribir sobre él. Es un problema que tenemos los escritores: si no lo pasamos a palabras ya sea a boli o teclado, no nos quedamos tranquilos. Sobre todo si algo nos ha llegado tanto como me ha llegado a mí este juego.

El estudio de Guerrilla Games se hizo conocido por la saga Killzone, pero decidió dar una vuelta de tuerca y su siguiente apuesta fue en un mundo postapocalíptico donde el hombre se ha visto reducido a la prehistoria mientras las máquinas pululan por la Tierra. Horizon Zero Dawn vino precedido, además de por su sorprendente premisa, por una polémica absurda relacionada con su protagonista femenina... por no tener suficientes tetas. Porque algunos se masturban con videojuegos en vez de, no sé, llamadme loco, jugarlos.

Ajena a esta polémica, Aloy nace en el mundo de Horizon Zero Dawn y ya es una paria de su tribu, los Nora. Criada por su maestro Rost se preparará para intentar integrarse en los Nora, pero su destino es distinto. Aloy cruzará tierras de un mundo abierto que jamás ha soñado recorrer nadie, desde el helado territorio Banuk hasta la monumental (y un poco azteca) Meridian de los Carja, pasando por la tierra de los herreros Oseram. Sobre todos ellos se cierne una amenaza desconocida que viene de los tiempos de los antiguos, que desaparecieron sin dejar rastro. O no.

Necesitamos inventarnos drama y dice que es fea. Velaske, yo soi guapa?

El Horizon Zero Dawn tiene una historia memorable. De hecho, son dos. Por un lado, Aloy es testigo de como en el pasado la doctora Elizabeth Sobeck intenta salvar el mundo, o al menos reconstruirlo. Porque el mal uso de la ciencia pudo provocar el gran desastre, pero no hay que volverse ludita -es de agradecer- porque la ciencia es nuestra tabla de salvación y el conocimiento uno de nuestros grandes objetivos, como nos repetirá una y otra vez un personaje de gran importancia como es Sylens, ya en el presente de la trama.

Aloy se convierte en una buscadora, porque es alguien que necesita encontrar la verdad de lo que pasó hace años, lo que pasa actualmente, y a título persona, quién es realmente ella y de dónde viene. En el camino se encontrará terribles maquinas gigantes que cazará, bandidos y sectas a las que combatir y todo tipo de personajes de toda índole a los que ayudar. Se podrían poner pegas a la historia: los personajes son algo arquetípicos y los diálogos pueden ser algo sosos. Pero la trama general y la fuerza de las cinemáticas hacen que merezca la pena.

Los escenarios son de lo más variado: desiertos, bosques, nieve...

El gran punto fuerte de este juego es combatir a las máquinas. Toda experiencia es una gozada y los combates tienen cierta dificultad. Exprimen al máximo tu habilidad y tu capacidad de elaborar estrategias. Cada máquina tiene unas características que le son únicas, elementos que controla (como la electricidad, el hielo y el fuego), armas que destruir primero, puntos débiles, momentos para el sigilo, trampas que activar y sitios donde emboscarse aprovechando el terreno. Incluso tienes la posibilidad de controlarlas y montarlas o hacer que peleen entre sí. Como jugador puedes elegir entre el combate cuerpo a cuerpo con tu lanza o los ataques a distancia con tu arco y tu honda, entre otras armas.

No hay donde huir, no hay donde esconderte. Tú tienes que matar para seguir vivo.

El problema que veo al juego en este aspecto es que los enemigos humanos son demasiado fáciles y carentes de emoción, excepto cuando te superan ampliamente en número. Ni siquiera los que podrían ser los jefes finales suponen verdaderamente un reto -bueno el último puede ser complejo-. También hay un número escaso de máquinas que van desde vigías, galopadores, rapaces y los terribles atronadores. El juego te da la posibilidad de crear pociones y trampas artesanales, de subir niveles y de comprar nuevas armas y armaduras. Horizon Zero Dawn posee una gran jugabilidad para el combate, quizá no tanto para la escalada, y es divertidísimo y engancha una barbaridad.

El juego tiene una gran duración, especialmente debido a tener un mapa grande, un gran número de misiones secundarias y recados, a la vez que muchas tareas que se pueden hacer, como limpiar zonas corruptas y campamentos de bandidos, explorar calderos donde se crean máquinas, o conseguir experiencia en las tareas de la logia de caza en sus terrenos. Las misiones secundarias esconden grandes momentos sin los cuales el Horizon Zero Dawn no sería el mismo. Una pega que se podría poner es que no exista un modo multijugador, que podría dar mucho juego.

El juego te ofrece imágenes tan espectaculares como esta.

Y esta.

Gráficamente, el Horizon Zero Dawn es una auténtica pasada. Se saca mucho jugo a la PS4 y ofrece unas cinemáticas y unas imágenes realmente espectaculares y preciosas. Yo mismo me he vuelto adicto a colgar en redes sociales capturas de Aloy en lugares espectaculares o posando de forma épica o tonta, siendo las que están presente en la crítica solo una pequeña muestra. El motor gráfico diseñado por Guerrilla merece todo un sobresaliente. El juego además se viene coronado por el cuidado en los detalles como el soberbio doblaje al español (salvo algún detalle en concreto) o la gran banda sonora.

No me podía resistir a que Aloy posase de toda manera posible en el Modo Foto. Es una adicción. Y esta puede ser mi favorita, junto a la de la canción de Mecano


Horizon Zero Dawn es uno de los grandes títulos de esta generación, y no es el juego del año, simplemente porque ha coincidido en el tiempo con el nuevo Legend of Zelda. Una auténtica gozada que todo gamer debe disfrutar al máximo. Más allá de un juegazo, tengo la sensación de haber jugado a algo especial. La nota que le pongo es un 9 holgado, y espero que las secuelas que seguro saldrán (ya ha salido un DLC bastante interesante que aún no he probado) esten a la altura del primero.

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