Versión analizada: PC (el remaster de 2018)
Otras versiones: Mac
Quién sabe si estaría yo aquí sin el Age of Empires. La madre de todos los juegos de estrategia en tiempo real, y quizá el primero que recuerdo jugar en mi vida (del otro candidato quizá hable en algún momento, pero su historia merece quizá un libro, o una enciclopedia). La mecánica es simple, totalmente asequible para jugadores de cualquier nivel, y en particular para un niño de seis años que es lo que sería yo en aquella época. Coge recursos, monta ejércitos lo más gigantescos posibles, y arrasa. Es probable que, en la práctica, jugara más al segundo (que incluía unidades medievales un poco más interesantes) e incluso al tercero, con el girito del colonialismo, y de hecho quizá haya sido más asiduo a los clones, como el brillante Empires: Dawn of the Modern World, que era más ambicioso en su cobertura temporal: de la Edad Oscura a la Segunda Guerra Mundial, bombas atómicas incluidas). Pero aquí empezó todo, y hay que rendirle justa veneración.