¿De dónde venimos? ¿A dónde vamos? ¿Qué haces ahí subido, que te vas a descalabrar? Son algunas de las preguntas que se ha hecho la humanidad desde sus inicios, y lo sabemos gracias a que alguien tuvo el detalle de dejarlo por escrito. Ese invento fue lo que nos convirtió en seres cuatridimensionales, prácticamente, y es eso lo que late en Heaven's Vault, el título indie de 2019 que nos ocupa hoy. Después de que Arrival ya abriera la veda de la lingüística como temática interesante para cualquier medio, una que retoma también No Man's Sky como aspecto bastante importante de su lore interno, Heaven's Vault lo convierte en su mecánica principal, a medida que vamos descubriendo el pasado gracias a los restos dejados por sus protagonistas. ¡Y además hay un robot!
Un núcleo tan sesudo podría correr el riesgo de convertir el juego en una tesis doctoral en lugar de una fuente de entretenimiento (cosa que no sería necesariamente mala), pero vaya por delante que las decisiones tomadas para tejer este videojuego, si bien priman la narrativa, dan mucha importancia también a la jugabilidad... Pero antes de entrar en materia, hablemos un poquito de qué va esto.