lunes, 7 de noviembre de 2016

Grand Theft Auto IV (PS3, 2008)



Versión analizada: PS3 (sin expansiones)
Otras versiones: Xbox 360, PC

El análisis que hoy realizo tiene más que ver con un desahogo personal que con otra cosa. O con la necesidad de poner los puntos sobre las íes en un juego ya no sólo polémico en cuanto a violencia y contenido, sino en cuanto a desarrollo, a punto de inflexión dentro de una de las sagas más famosas de los videojuegos y, por qué no, en cuanto al fenómeno "hype" que hoy nos invade.

Porque GTA IV fue un caso especial, un título que esperábamos con ansia desde el mismo día en que se anunciaron las consolas de nueva generación (PS3, Xbox 360) allá por 2006-2007, aún masticando la genialidad de San Andreas y con unas expectativas altísimas. Y cuando vimos el primer "teaser", con Liberty City como telón de fondo, empezamos a comernos las uñas y a contar los días para el lanzamiento. Retrasos varios, Rockstar jugando al despiste, varias betas con extraordinarias impresiones... y al final, la decepción.


Aquel 29 de abril de 2008, jugones de todo el mundo hacían cola en las puertas de los supermercados y tiendas especializadas buscando su copia del llamado "buque insignia" de la nueva generación. Las críticas de la prensa eran unánimemente buenas (Meristation llegó a ponerle un 10) y todo apuntaba a que estábamos ante un juego que marcaría una época. A estas alturas - recordad, esto es una crítica personal y mi opinión puede diferir de la del resto - huelga decir que GTA IV es, bajo mi punto de vista, un gran juego. Ofrece momentos memorables, una ambientación sobresaliente y la que es, probablemente, la mejor trama de toda la saga. Pero con el paso de los años, nos hemos dado cuenta -irremediablemente - de que en el fondo supuso un tremendo paso atrás.


La vida de Niko Bellic, un inmigrante de origen serbio, dará un giro dramático nada más poner el pie en Liberty City. Su camino hacia el éxito y la redención no será nada fácil.

Cuatro años antes, San Andreas y su gigantesco mapeado, junto a personajes como C.J., Big Smoke o Tenpenny, calaron de forma profunda en una generación de jugadores de todo el planeta. Y no sólo eso: también ofrecía un amplísimo abanico de opciones de manejo de vehículos, personalización (incluso el físico del prota), armas... y una variedad de misiones espectacular. Uno de los mejores videojuegos de la historia, que ahora, cuatro años después, encontraba fallido sucesor.

Lo primero que podemos decir de GTA IV es que su historia tiene un guion exquisito, digno de una producción de Hollywood y cuidado hasta el más mínimo detalle: Niko Bellic es un inmigrante recién llegado de Europa en busca de su primo Roman. Éste le ha hablado de las bondades del sueño americano y de su supuesta vida de lujo en Liberty City, pero la realidad es bien distinta: Roman malvive en un piso sucio y minúsculo, explotado por un mafioso sin escrúpulos y con deudas por un tubo. Niko se verá obligado a cooperar para salir adelante, pero su pasado como combatiente en las guerras balcánicas de los 90, los corruptos y seres de poca monta de la ciudad y la necesidad de ayudar a su primo a conseguir una vida mejor serán un cóctel demasiado agitado para salir indemne. En su lucha por alcanzar el sueño americano, Niko descubrirá el precio del lujo, la codicia, la sed de venganza y la falta de escrúpulos de una metrópolis construida sobre los peores cimientos posibles.


Las opciones de personalización se han reducido, pero podemos elegir la vestimenta, tunear autos... y hay numerosas misiones secundarias.

Pero esta gran premisa (omito spoilers por si algún lector tiene interés en probar el juego) no es lo mejor de la trama. Lo que más engancha al jugador dentro del universo de GTA IV son sus personajes. Tan únicos, tan característicos, tan carismáticos e inolvidables. Empezando por Niko y Roman, pasando por los hermanos McReary, Little Jacob, Playboy X, Dimitri, Ray Boccino, Jimmy Pegorino... la lista es interminable y su papel en la historia, fundamental. Añade a todo esto diálogos míticos, giros de guion maravillosos y un épico desenlace a tu libre elección y entenderás por qué los chicos de Rockstar se merecen siempre el reconocimiento de todo el que aprecie este sector.

Entonces... ¿cuál es realmente el problema del "buque insignia"? Podemos resumirlo en tres puntos muy concretos: su ritmo de juego, la notable pérdida de opciones respecto a su predecesor y - no me puedo creer que vaya a decir esto de un GTA - su mecánica de misiones, tremendamente repetitiva. 


El control de los vehículos es tremendamente desesperante, especialmente el de los más rápidos. Hay que medir las curvas y los giros maliciosos con la pericia de un simulador. Para tirarse de los pelos.

Porque
GTA IV es un juego que cansa y desespera. Y hastía, ya que estamos. Y es que no puede ser que al menos un 70-80% de las misiones del juego consistan en dirigirte a un sitio, matar a todos los objetivos... y si eso, a escapar de la poli. Tal cual. Cierto es que tienes las misiones secundarias para entretenerte en otros menesteres, pero la "miga" de todo GTA es su Modo Historia. Y no puede ser que acabemos hasta los santos cojones de estar cubriéndonos, disparando, avanzando y volver a hacer lo mismo cuando encontremos a más enemigos. No sólo quita las ganas de jugar, sino que da la impresión de que con un esfuerzo tan titánico en la recreación de Nueva York y una ambientación de lujo, se ha desaprovechado un mapeado con muchísimas posibilidades tirando de un mismo y cansino patrón de juego. 

Algunas misiones sí que tienen su gracia, y se encuentran sobre todo al principio del juego: extorsionar a un cliente con impagos, poner un camión bomba en un garaje, llevar un cadáver en el maletero y procurar que no te pille la pasma... Están muy bien y son muy divertidas, pero son demasiado puntuales y tampoco suponen una revolución respecto a lo visto en anteriores juegos.


Las misiones se caracterizan por repetirse como el ajo, aunque hay algunos momentazos puntuales, como este atraco a un banco. 

Pero entonces... ¿en qué ha evolucionado
GTA IV, siendo principalmente el requisito que se pide en cada salto de generación? Para empezar, el uso del móvil aquí es ahora fundamental, así como de Internet, a la hora de obtener bonus o de avanzar en la historia. El control del personaje es más intuitivo, con los gatillos (L2 y R2) para apuntar, cubrirse y disparar de forma muy cómoda, y contamos además con un online bastante notable, con diversos modos, sistema de mejoras y personalización. 

Y poco más, a decir verdad. Luego vemos que tenemos lugares de ocio a los que ir, entre los que se añaden el club de striptease, la bolera, o los dardos. Nos encontramos también que echarse novia también tiene más sustancia: las citas se realizan por Internet y cada una tiene gustos completamente diferentes, lo que implica que tendremos que cuidar nuestra forma de vestir, el vehículo que usamos, el lugar que visitamos... Y si la cosa va bien, tendremos "sorpresita" al final del encuentro...


El online de GTA IV consta de hasta 15 modos de juego, entre los que encontramos Bombardear la base, Carreras, Guerra de Territorios o Duelos a Muerte, entre otros. Es muy completo y divertido, aunque el de su sucesor lo supera en todo.

La variedad de vehículos vuelve a ser inmensa en esta entrega, si bien ha sufrido recortes traicioneros y algún añadido hijoputesco. Podemos manejar trastos por tierra, mar o aire, pero aquí no hay aviones, ni jet-pack ni tanque (en este último caso, a no ser que te pilles la expansión
The ballad of Gay Tony), y el control de los coches es algo así como muy terrible. Síp, los chicos de Rockstar decidieron que lo mejor para contentar a los jugadores era ofrecer una conducción realista, con una respuesta diferente para cada tipo de bólido y con un perfil de simulación similar al de Gran Turismo. ¡Imaginaos! Procurar tener cuidado frenando a lo bestia en una curva pronunciada mientras perseguís al mafioso de turno que va a toda pastilla. Y la misma tónica se aplica en el caso de las carreras ilegales opcionales. 

Para acabar de rematar la faena, las misiones secundarias son aún más aburridas que las principales, así que pasarte el juego al 100% acaba convirtiéndose en una simple cuestión de empeño. Carreras nocturnas, servicios de taxista, bombero, ambulancia... a los que hay que sumar los trabajos de asesino o los encargos de extorsión y robo de coches, así como la localización de 200 ratas voladoras, los saltos únicos, la socialización con nuestros colegas y alguna que otra misión extra al acabar la historia. Vamos, que las 50-60 horas no te las quita nadie si quieres conseguir el 100%.


Los tiroteos han evolucionado de forma brillante: ahora podemos cubrirnos y tenemos una intuitiva cámara al hombro para apuntar. Todo un acierto.


La parcela gráfica del juego es, por otro lado, un portento de primer nivel. Aunque
GTA V haya llevado este apartado a nuevos horizontes, lo cierto es que la Liberty City de Niko Bellic presenta una ambientación y detalle como nunca habíamos visto en su momento, dando al jugador la sensación de estar recorriendo Nueva York en primera persona. Las explosiones, las animaciones, la línea del horizonte y una urbe viva y llena de sorpresas son sólo algunas de sus bazas, pero hay muchas más: los viandantes, por ejemplo, tienen reacciones muy diferentes ante un suceso y realizan todo tipo de movimientos y acciones, y la física también sufre una realista modificación respecto a la pasada generación, siendo los cuerpos tratados ahora cual muñeco de pruebas, reaccionando a los impactos de una forma muy realista y conseguida. Y eso por no hablar del extraordinario modelado de los edificios (a los que ahora podemos entrar según el caso), los personajes, los vehículos... En cuanto al mapeado, es indudablemente más pequeño que el de San Andreas, pero muy conseguido y lleno de sorpresas, con cuatro islas principales (tres de ellas ENORMES) más algunas sueltas. 

El sonido, como era de esperar, tampoco se queda atrás, con una banda sonora para el recuerdo y la recurrente música de las emisoras de la ciudad, donde se mezclan estilos tan dispares como jazz, techno, indie o reggeaton (auf). En cuanto al doblaje en inglés, el trabajo realizado es sencillamente maravilloso, de matrícula, y nos hace olvidar la faena de tener que estar leyendo el texto mientras estamos pilotando un vehículo durante una misión. Por otro lado, los efectos de sonido también están extremadamente cuidados.


Aunque ya se le notan algo los años, no es fácil evitar quedarse con la boca abierta ante el imponente despliegue gráfico que nos ofrece el juego. Ojo a la "recreación" de Times Square o Central Park...

Nos encontramos, pues, ante un título técnicamente sobresaliente, jugablemente mediocre y con una historia sensacional. Es un cúmulo de cosas, buenas y malas, y aunque las primeras ganan de calle, los problemas del juego son graves, muy graves en una saga que siempre ha presumido por su excelencia y por mejorar sus características en cada entrega. Ello no impide que sea una experiencia muy grata, placentera en algunos puntos y muy disfrutable cada vez que vamos descubriendo más entresijos de la historia y desbloqueando nuevas islas, armas y vehículos.

Quizás GTA IV fuese más una aproximación a las posibilidades de PS3 y Xbox 360 que un proyecto realmente ambicioso. Al menos, a la hora de sentar cátedra y de revolucionar la industria. 
Ni siquiera sus expansiones (The Lost and Damned y The Ballad of Gay Tony) logran mejorar lo suficiente el resultado final. Pero si tu idea es la de disfrutar de una historia cruda, divertida por momentos, con protagonistas icónicos, la representación de Liberty City más realista jamás vista y con toda la libertad y la espectacularidad a la que nos tiene acostumbrados Rockstar, sabrás perdonar sus fallos, en algunos casos imperdonables, pero que supo subsanar posteriormente.

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LO MEJOR: apartado técnico impresionante, cuidadísimo doblaje en inglés, espectacular historia y personajes. Modo online entretenido.

LO PEOR: llegado a un punto, el patrón de las misiones se vuelve repetitivo a más no poder. Nefasto control de los vehículos para un juego de estas características. Algunos de los recortes respecto a San Andreas son inadmisibles. Aunque es el peor GTA de los últimos 15 años, sigue siendo muy recomendable para los fans de la saga y de los "sandbox" en general, aunque les costará pasar por alto errores de bulto... 


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