sábado, 12 de noviembre de 2016

Uncharted 4: El Desenlace del Ladrón (PS4, 2016)


Versión analizada: PS4
Otras versiones: ninguna

Pocas son las ocasiones en las que analizar un videojuego me producen un placer semejante al de este título. Es una sensación única, diferente, una que a lo mejor no vuelvo a vivir en años. Durante la última semana, he intentado con todas mis fuerzas alargar todo lo posible la experiencia de juego de Uncharted 4, ya de por sí bastante larga. Y ha sido como degustar poco a poco el más exquisito Ribera, mientras el sabor iba mejorando aún más sorbo a sorbo.

Si no fuera porque mi vida estudiantil y laboral está tirando por derroteros importantes, no me importaría volver a rejugar esta obra de arte tantas veces como fuera posible. Estamos, sin atisbo de duda, ante uno de los mejores juegos de la historia (yo lo pondría en un Top 15, como poco) y ante una aventura tan enorme, tan cuidada y tan perfectamente concluida que ya se ha convertido en el mejor ejemplo de lo que la nueva generación DEBE ofrecernos. Un título que justifica por sí solo la compra de una PS4 y que está contribuyendo a que las ventas de la consola se disparen, a pesar de contar aún con un catálogo lleno de remasterizaciones y experiencias indie de poca monta.


Uncharted 4: El Desenlace del Ladrón supone la última aventura de Nathan Drake, el cierre de su historia como cazatesoros y uno de los finales de saga más maravillosos jamás creados (o eso quiero pensar... una continuación, desde mi punto de vista, sería un tremendo error). Esta vez, nos encontramos ante una historia más seria, oscura y mejor hilvanada que nunca, en la que se nos presenta al hermano de Nate, Sam, al que nuestro protagonista creía muerto durante los últimos 15 años. Nathan ahora vive una vida "normal", casado con Elena y trabajando en una empresa que busca materiales en el fondo del océano que puedan venderse a buen precio. El retorno de Sam a su vida no solo revivirá un doloroso pasado, sino que también empujará a nuestro héroe a lanzarse a la aventura una última vez, esta vez en la búsqueda del mayor tesoro pirata jamás visto.


Empujado por su hermano, Nathan Drake será testigo de una aventura colosal y tendrá que arreglar asuntos del pasado que parecían enterrados para siempre.


Durante la síntesis de la trama he preferido omitir todos los detalles posibles para los que aún no hayan tenido oportunidad de disfrutar de este juego, pero, a ciencia cierta, nos encontramos con una historia que difiere mucho de todo lo visto anteriormente en la saga... lo cual es una excelente noticia. Los chicos de Naughty Dog han tomado muy buena nota del majestuoso trabajo que realizaron en
, especialmente en cuanto al desarrollo de los personajes y a la profundidad de la historia. Y, sin llegar ni mucho menos al nivel de aquel maravilloso título, lo cierto es que transmite muchas, muchas cosas. 


Nunca nos hemos sentido tan cercanos a los personajes, ni hemos podido comprender tan bien sus miedos, limitaciones y aspiraciones. Todo esto llega aquí de sopetón, cierto, pero también con el objetivo de cerrar de la mejor forma posible la aventura que comenzó en aquel lejano 2007. Vuelven personajes maravillosos como Elena o Sully, se añade uno nuevo y ya mítico, Sam, y los villanos son los más complejos, duros y peligrosos de toda la saga. Entre ellos, podemos destacar a Rafe Adler, un viejo conocido de los hermanos Drake, o Nadine Ross, la líder de un peligroso ejército de mercenarios.


Cuatro entregas después, la saga Uncharted por fin tiene villanos realmente memorables. Ojito a la sangre fría y mala leche de Nadine Ross...


La dinámica de juego, evidentemente, "bebe" de los anteriores Uncharted en muchas cosas. Vuelven las zonas de plataformas a saco, los puzzles (no muy exigentes) y la acción más desenfrenada. Pero hay jugosas novedades que mejoran aún más si cabe la experiencia de juego: entre ellas, la posibilidad de manejar vehículos de forma libre (cogemos uno en un escenario y podemos pasearnos por la zona, por ejemplo). Las localizaciones vuelven a ser muy variadas y su tamaño es mucho más grande: no por esto el juego deja de ser lineal, pero ahora el componente de la exploración está mucho más presente. Además, podemos utilizar más de un camino para llegar a un mismo sitio y aparece el gancho, un artilugio de lo más útil y molón y que no nos cansaremos de usar una y otra vez para sortear grandes obstáculos.


Jugablemente, el sigilo pasa a convertirse ahora en un factor más importante. Habrá zonas donde podremos utilizar el entorno para escondernos para evitar el combate o acabar con los malos sin armar jaleo. Los tiroteos se desarrollan ahora en espacios mucho más abiertos, con múltiples posibilidades a la hora de buscar el mejor lugar desde el que acabar con nuestros enemigos. Unos enemigos, por cierto, listos como ellos solos, con una IA muy lograda y que buscarán diversas estrategias (rodearnos, cambiar de posición, acercarse desde el sigilo) para darnos caza.


Durante la historia, podremos tener diálogos opcionales con otros personajes y, en ciertas ocasiones, escoger entre varias respuestas a la hora de contestar a una pregunta. Eso sí, en ningún momento se altera el desarrollo de la trama, que tiene un único final.


Más allá de todos estos añadidos,
U4 se caracteriza por ofrecernos algunas de las situaciones más vibrantes y espectaculares de la historia de los videojuegos. Olvidaos de todo lo que habéis visto anteriormente. El crucero hundiéndose de la tercera entrega o desplazarnos por un tren en marcha en la segunda parecen ahora algo sin importancia frente a la majestuosidad que alcanzan diversos momentos de esta última entrega. Y no son pocos...


El ritmo de juego y desarrollo de la historia van a más cada vez que avanzamos. Tras un prólogo muy intenso, nos encontramos con algunos capítulos que alternan tensión y bastante relax, prendiéndose la mecha una vez nos encontramos con Sam. A partir de ahí, es un no parar. Y ojo, porque los capítulos "de relleno" son también pura genialidad, con algún que otro "easter-egg" glorioso por parte de Naughty Dog y guiños continuos a los fans de la saga. 


U4 es, en esencia, una versión vitaminada de los anteriores con un ritmo de juego que va de menos a más. No ofrece ni un segundo de respiro y SIEMPRE deja con ganas de más.  Algunos capítulos son una auténtica locura...


A una aventura realmente larga (16-18 horas sin ir "a saco" a por los tesoros escondidos) hay que sumar un interesante online, que esta vez funciona más como complemento extra que como modalidad a tener en cuenta. Tenemos los clásicos modos, como Duelo a muerte por equipos, Saqueo o Comando (lucha por hacernos por el control de una zona). En este sentido, seguimos contando con un sistema de mejora de experiencia similar al de los anteriores Uncharted, con nuevas y divertidísimas respuestas de medalla y escenarios más grandes y con más posibilidades. Además, las opciones de personalización van un paso más allá, con todo tipo de configuraciones. Eso sí, se han eliminado los modos cooperativos, lo que opaca bastante la experiencia.



Toca ahora hablar del apartado técnico, una faceta en la que el estudio californiano siempre parece ir más allá. Pocos desarrolladores son capaces de sacar el máximo potencial de las consolas con las que trabajan, y en el caso de
U4 estamos ante un salto generacional que impacta, estremece y emociona a cada paso. 

Gráficamente es majestuoso, fotorrealista, indescriptible. Deja con la boca abierta desde el primer momento.


Nos encontramos ante una auténtica BURRADA VISUAL, donde película y videojuego se unen en un mismo cuerpo para crear un espectáculo de dimensiones nunca antes vistas. Es el juego más espectacular jamás visto en una consola de sobremesa, y dudo que en mucho tiempo veamos a alguno que ose superarlo. Representa el auténtico poder de PS4 en todos los frentes posibles: escenarios, personajes, efectos de humo, animaciones... todo está cuidado hasta el más mínimo detalle, con el único objetivo de hacernos babear mientras recorremos los diferentes parajes de la aventura. 



Y lo mejor de todo es que en Naughty Dog son muy conscientes de su excelente trabajo, así que se han sacado de la manga un modo foto en el que podemos capturar instantáneas de los escenarios del juego mientras lo pausamos, ajustando todo tipo de parámetros para encontrar el encuadre perfecto y compartirlo en redes sociales. 


En la faceta online, Uncharted 4 mantiene el tipo con una buena variedad de modos y opciones de edición, aunque por el camino se han perdido los modos cooperativos. Y, evidentemente, los gráficos se resienten.


El sonido vuelve a estar a un nivel altísimo, con la que es probablemente la mejor banda sonora de toda la saga. Henry Jackman (
Civil War, El Soldado de Invierno, Capitán Phillips) ha creado partituras maravillosas, con un toque que mezcla melancolía, emociones fuertes y la sensación de que todo se acaba. Y en cuanto al doblaje en castellano... a mí se me acaban los adjetivos. Después del maravilloso trabajo hecho en la trilogía de PS3, han ido un paso más allá a la hora de transmitir de la forma más fiel y realista las personalidades, los conflictos y el sufrimiento de los protagonistas. En este sentido, se merecen unos aplausos enormes y muy merecidos Roberto Encinas (Nathan) y Gabriel Jiménez (Sam), aunque el resto hace también un trabajo sobresaliente.


Uncharted 4: El Desenlace del Ladrón concluye el periplo consolero de Nathan Drake y apuntala a Naughty Dog como la compañía a la vanguardia del sector. Es inmenso, épico, emotivo y espectacular, y despide por todo lo alto al aventurero de Sony por excelencia - con permiso de Lara Croft-. Supera por muchísimo todas las expectativas puestas en él, y es tan largo y rejugable que no podrás dejar de disfrutarlo en una buena temporada. Hasta siempre, Nate.



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LO MEJOR: casi todo: ritmo de juego, historia, situaciones, gráficos, banda sonora, variedad, doblaje, duración...



LO PEOR: A pesar de sus avances, no innova en exceso respecto a la trilogía de PS3. Los recortes en el modo online. No se pueden devolver granadas. Y ya.


VALORACIÓN: 97/100. El mejor juego de esta generación. Así de simple. Si eres poseedor de una PS4, no tenerlo es PECADO CAPITAL.

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