martes, 24 de mayo de 2022

Elden Ring (PC, 2022)


Versión analizada: PC.

Otras versiones: Xbox Series X/S, Xbox One, PS4, PS5.

La manera de entender el videojuego de FromSoftware es radicalmente opuesta a la mía, vaya por delante de esta crítica. Donde Miyazaki es un sádico incorregible, obsesionado con devolvernos a la era en la que se castigaba al jugador por cualquier error de cálculo y solo los más obstinados prosperaban, yo no derivo un gran placer de los retos que se me ponen por delante, prefiriendo casi siempre un nivel de dificultad más apto para las amebas u otros seres unicelulares. No recuerdo el último partido que perdí al FIFA, y no es porque sea yo un experto, si no porque yo soy más de remar un ratito en las barcas del Retiro que de tirarme por el Sella en una piragua. Y en esta analogía, Dark Souls se asemejaría más bien lanzarse desde las cataratas del Iguazú agarrado a un panel de contrachapado.

Pero no estoy por encima del hype, y Elden Ring venía con mucho, mucho hype. Gente que había abandonado toda esperanza de que algún día estos desarrolladores japoneses hicieran algo apto para todo tipo de pulgares se postraba al fin a sus pies y veneraba este título como una obra maestra. Todo el que lo jugaba cantaba alabanzas de un mundo totalmente vivo y dinámico, de encuentros azarosos y trepidantes, de haberse sumergido en una experiencia mágica con momentos emocionantes. Que era un juego que redifiniría para siempre lo que se puede hacer en este medio.

Uno no es de piedra, y apoquinó el full price del jueguecito para su humilde PC, pese a que mis experiencias con Dark Souls habían sido cuanto menos frustrantes. Unos minutos después, mi flamante samurai no binario estaba liste para enfrentarse al Necrolimbo uchigatana en mano, y durante un rato, yo mismo empecé a creerme que mis temores estaban infundados.

Bastaron, cómo no, unos trescientos catorce intentos contra Margit, el primer boss del juego, para empezar a proferir toda clase de improperios contra Miyazaki, FromSoftware, y la prensa gamer en conjunto. La idea de que pudiera pasarme aquel jefe sin invocar a nadie resultaba totalmente irrisoria, y aunque por lo general me satisface tomar el camino fácil, haber pagado 50 pavos para que se pase el juego otro me parecía bastante poco productivo, así que resolví abandonar hasta que se me apareciera algún tipo de deidad que me confiriese la paciencia necesaria para continuar.

Pasaron unas cuantas semanas hasta que me decidí a retomarlo, pero empezando de cero. Un build de samurai está muy bien si tu estilo de juego es atrevido, y te gusta burlar a los enemigos esquivando sus golpes para acto seguidos empalarlos con tu katana. Mi breve paso por el juego me hizo descubrir que esa no era mi manera de hacer las cosas, pero por desgracia no hay ninguna clase en el juego que te permita tumbarte en el suelo en postura fetal a esperar a que tu atacante se desintegre él solo, así que me tuve que conformar con lo más parecido: la magia.

El astrólogo empieza con un hechizo pretenciosamente llamado "guijarro de piedras refulgentes", que viene a consistir en una cosa azul que se lanza y hace daño, y que vale perfectamente tanto para zombis de medio pelo como para dragones del tamaño de un campo de fútbol. Era el tipo de arma de miedica que se ajustaba a mis necesidades, y han venido después 15 horas de juego muy rodadas sin que haya cambiado en absoluto la estrategia de "tira guijarro, tira guijarro, bebe vial azul, ad infinitum". He encontrado mi dinámica y nada va a sacarme de ahí. Hay barreras, por supuesto: los enemigos atacando en manada son más difíciles de batir uno a uno que a mandoblazos, y siempre hay algún desgraciado que tiene resistencia justo a ese tipo de magia, pero qué le vamos a hacer.

El juego me ha hecho cambiar también un poco mi mentalidad habitual, y sacado a flote mi vena completista. Elden Ring, como buen soulslike, te suelta a la buena de Dios en un territorio hostil, y te dice que las misiones y los objetivos claramente trazados son para gente indigna, y tú no eres indigno, ¿no? Esta carencia absoluta de dirección puede ser un punto a favor, pero a mi me entran los sudores. Primero, porque como ya he dicho, me he gastado un buen dinerito y quiero exprimir hasta el último céntimo y eso significa matar a todos y cada uno de los escarabajos peloteros de este juego; y segundo, porque nada te impide caer en una zona infinitamente superior a tu nivel actual y recibir palos por todas partes una y otra vez. Mi reticencia a enfrentarme a tareas que me exigen un poquito más que lo mínimo puede ser resultado de una infancia comodona aburguesada, pero no estoy aquí para que se critique a mi familia, gracias.

Así que apedreadme si queréis, puristas, pero yo he cogido una guía de estas de 100% del juego y voy despacito y con buena letra exterminando cada palmo del mapa, coleccionando armas que jamás usaré y artilugios que no sé ni para qué valen, pero tranquilizado por el hecho de que si un día me da por hacer un re-spec radical de mis habilidades, podré convertirme en un vampiro con garras de Lobezno o un señor con un martillo muy gordo. Sí, me perderé esos instantes de fascinación en los que te preguntas si hay alguna otra persona en el mundo que haya visto lo mismo que tú (respuesta: sí), pero si me das la mano de la libertad total, te voy a coger el brazo del "vas a ver tú que hago yo con tu libertad total".

Creo que es importante para un crítico exponer claramente sus sesgos. Valorar cualquier obra es en cierto modo un ejercicio de empatía, en este caso la mía hacia la gente que disfruta de la experiencia masoquista que ofrece este tipo de juegos, pero también la de un posible lector hacia el que escribe, que podría no exhibir las mismas inclinaciones. Si tu actitud hacia la saga Souls es parecida a la mía, yo recomendaría darle otro tiento, si no a Elden Ring, que por reciente sigue algo caro, a cualquiera de los anteriores, optando por ir a magia esta vez. Si ya amas este género, entonces Elden Ring tiene todo lo que estás buscando y más. Porque tiene un caballo.

Entro aquí en terreno complicado, porque FromSoftware para mí son los AC/DC de los videojuegos. Han encontrado una fórmula que funciona, y la van a repetir con muy ligeras variaciones las veces que haga falta. Sí, nos encontramos aquí con novedades tan revolucionarias como... ¡saltar! Ahora puedes saltar peñascos. Y tienes un noble corcel que agiliza los viajes. Y hay unos espíritus de ceniza que puedes convocar en momentos determinados para que te acompañen en la liza. Pero para de contar: los años de desarrollo y de brainstorming con George R. R. Martin (que podría haber contribuido personalmente o podría haberlo hecho su prima Marisol) no reflejan una brecha en la pauta. Decir que el soulslike es un género de videojuegos más es como decir que eructar delante de un micrófono es un género musical: sí, supongo que si sacas suficientes discos y animas a gente a imitarte, al final lo puedes considerar un movimiento aparte.

Dicho eso, me gusta el juego, y bastante. El gameplay es fluido, los gráficos se alejan de la mazmorra oscura para dibujar un mundo colorido y digno de ser explorado (si bien cualquier rumor de que cada rincón de su mapa encierra algún detalle me parece bastante exagerado: a mí me resulta algo vacío), lo que ya supone un cambio con respecto a títulos anteriores, más lineales y claustrofóbicos. Hay tantos jugadores como estilos de juego, y aún no me he encontrado nada que me quite las ganas de seguir intentando avanzar (aunque cosas como el fuego que induce locura en cierto lugar de Liurnia, un mal que te mata instantáneamente y que nadie te indica cómo remediar, se han acercado bastante a un momento "tirar el mando por la ventana". Si nada lo impide, estaré dando vueltas por las Tierras Intermedias durante un largo período.

LO MEJOR: Si consigues adaptarte a que te meen en la cara repetidas veces, es un juego que merece la pena. Gráficamente espectacular, divertido de manejar, e inimitable en aquello de hacerte sentir un mierdecilla que se convierte en el elegido.

LO PEOR: La frustración puede apoderarse de ti constantemente. Aparte, las innovaciones con respecto al resto de lanzamientos de FromSoftware son relativamente menores, desde mi punto de vista.

VALORACIÓN: 83/100.

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