Versión analizada: PC.
Otras versiones: PS4, Xbox One, Nintendo Switch, plataformas móviles.
Mirad esa portada, zagales y zagalas, y decidme si no parece que este ARK lo ha diseñado un preadolescente ultravitaminado, con esa obsesión malsana con los dinosaurios y las metralletas que suele desembocar en el alcoholismo precoz y la lectura temprana de los clásicos de Asimov. Este es un juego que se vende solo, mucho antes de que te dé tiempo a pronunciar las palabras "Minecraft pero con triceratops". Y sin embargo, aquí me hallo, jugándolo por primerita vez.
Como buen videojuego moderno, ofrece dos variantes: online y offline, ambas prometiendo que podrás montar un diplodocus en algún momento. Y aunque sé que la oportunidad de crear una civilización post-prehistórica con nuevas amistades es demasiado jugosa como para ser rechazada, aún reverberan en mis tímpanos los insultos racistas de la última vez que osé entrar al ciberespacio gamer, así que voy a optar por ser un náufrago por mi cuenta en esta pesadilla concebida por Ian Malcolm.