miércoles, 16 de enero de 2019

Euro Truck Simulator 2 (PC, 2012)



Versión analizada: PC.

Decía Loquillo allá por los ochenta, "yo, para ser feliz, quiero un camión". Nunca me había parado a pensar en lo significativo de esta simple frase. ¿Qué puede aportar un vehículo de este tamaño? ¿Sirve para compensar algún tipo de carencia física o emocional? El rockero barcelonés no aclara nada en la canción, porque las otras cosas que quiere (mascar tabaco, escupir a policías, sobar a su pareja) son perfectamente factibles sin tener un camión. Para más inri, ser camionero es un trabajo tremendamente sacrificado, el equivalente contemporáneo a ser marino mercante en el siglo XVIII, pero con menos escorbuto y más posters de Pamela Anderson. Días sin ver a la familia, si es que tu vida profesional te ha permitido tener una, largas jornadas de trabajo, y el verse sometido constantemente a cierto clasismo que considera ser transportista un oficio inferior, para gente que no valía para otra cosa. Así que, Loquillo, ¿de qué vas?


Por suerte, las 60 horas que he invertido en Euro Truck Simulator 2 me han permitido responder a todas las dudas sobre el romanticismo adherido a esta profesión. En mi vida siempre he buscado un juego que sea lo más parecido posible a una simulación escala 1:1 del mundo real, incluyendo personas y comercios, donde pueda viajar sin moverme de casa. Hasta ahora, sólo Google Street View satisfacía esta necesidad, pero la falta de objetivos y de una continuidad en el movimiento no terminaba de quitar el picorcillo. ETS2 (maravillosas las siglas ahora que lo veo) no es tampoco exactamente una representación perfecta, pero por lo menos da cierto sentido a mi búsqueda. Añadiéndole camiones.

Booooorn to be wiiiiiiiild...

Cuando lo vi por la Steam Store, y en un arrebato de rebeldía adulta, me gasté un dineral en todas las expansiones: Italia, Francia, Escandinavia, Europa del Este, you name it. Y todo antes de saber si realmente merecería la pena. Uno puede pensar que esas 60 horas de juego son simplemente un intento inconsciente e irracional de no permitirme a mi mismo no amortizar ese gasto, pero puedo asegurar que cada una de ellas ha sido un gozo. Un soporífero, monótono y desquiciante gozo.

Supongo que el éxito de juegos como este, o Farming Simulator, dice mucho del mundo en el que vivimos. Es la forma más patética de reconectar con ciertos valores primigenios del ser humano, como pueden ser la sed de aventura, la independencia, la autosuficiencia... Me atrevería a decir incluso que la intersección entre el grupo de personas que juegan a estos juegos y los que dirían frases como "ya no quedan machos de verdad" es bastante grande. ¿Acaso representan un ideal de masculinidad perdida que alguna gente, generalmente indeseable, trata de recuperar irónicamente a través de una pantalla? Ni frostis, pava.

Y usted, ¿qué mira?


Yo sé porqué juego yo, y es porque pone a prueba mi capacidad de concentración, que está bastante tocada por las múltiples distracciones a mi disposición. Conducir durante una hora entre Lyon y Amberes mientras mantienes un ojo a la gasolina, al cansancio, al límite de velocidad, al GPS, al estado del vehículo, a los semáforos, a los kamikazes de las rotondas... Es un placer. Es lo más mundano y minimalista posible, el equivalente del gaming a Jeanne Dielman, 23 quai du commerce, 1080 Bruxelles (o no, pero si crees que puedes rebatirme esto, me gustaría verlo). Maniobras repetidas una y otra vez hasta que te pegas un golpe en una incorporación y eso te lleva a un desdén total por cualquier regla de seguridad vial en pos de encontrar un taller.

La mecánica del juego no puede ser más sencilla: eliges tu avatar, el nombre de tu empresa de transportes, y ¡a jugar! En mi caso, tuve claro cual sería el aspecto de mi conductor nada más ver esta foto entre las disponibles:

Tan capaz de entregarte tus gallinas a tiempo como de cantarte un blues con una armónica.

Al principio ni siquiera eres propietario de tu propio camión, si no que dependes del que te suministre cada proveedor que te contrata, lo cual es ligeramente menos rentable. Una vez has ahorrado, o has pedido un astronómico préstamo que estarás pagando toda la vida, tu pequeño imperio del trasporte puede contratar empleados, adquirir vehículos y personalizarlos, comprar remolques que valen para tipos específicos de mercancías (aunque no sé si se gana más dinero de esta manera), y conquistar nuevas ciudades poniendo garajes por toda Europa. Cuando progresamos vamos también ganando distintas habilidades, como la capacidad de transportar cargas frágiles o explosivas, desbloquear entregas de larga distancia o urgentes, o conducir gastando menos gasolina.

Normalmente no doy consejos a los jugadores primerizos, probablemente porque no suelo pasar más de dos horas con cada título que reseño, pero aquí van dos:

El primero es que existe un agitado debate sobre qué camión se debe comprar. Al parecer, los Iveco son muy dados a volcar en las curvas cerradas, y eso luego no hay quien lo levante. Mercedes y Volvo suelen llevarse los mejores halagos, por su combinación de potencia (aunque cuando el límite de velocidad es 80 en la mayor parte de carreteras, la potencia solo es útil para las cuestas, como por ejemplo la terminal ferroviaria que cruza el Canal de la Mancha a la altura de Calais: es un laberinto en el que si te confundes de andén tienes que subir una rampa de un desnivel cercano al 30% para poder dar la vuelta, y muchos motores se quedan ahí tirados). Se puede ir a por el modelo más barato, ya que se puede ir mejorando a medida que se sube de nivel hasta convertirlo en un verdadero mastodonte del asfalto.

El segundo, y tal vez más importante, es que como en todo juego de PC que se precie, la comunidad de modders es activa y maravillosa, añadiendo a un juego ya de por sí vasto en su alcance aún más contenido. Destacaría ProMods, que aumenta cuantiosamente el territorio disponible: de Nicosia a Longyearbyen, de Bilbao a Chisinau, de Narva a Plymouth. Todo con una atención al detalle encomiable. Por dar una idea de su tamaño, acabo de viajar de Lyon a Bruselas en aproximadamente unos 35 minutos, y en las 60 horas jugadas apenas he recorrido el 8% del mapa disponible.

Cosas como esta son las que a mí me emocionan más que nada.

Y si nada de esto te convence, el juego también cuenta con una radio online que te permite sintonizar radios de Azerbaiyán. Qué más quieres.

LO MEJOR: Es totalmente imposible hacer un juego mejor sobre conducir camiones salvo que ese juego sea BIG RIGS 2.

LO PEOR: Claro, no se puede incluir cada carretera y cada calle, ni pasear por cada ciudad. Pero, al fin y al cabo, esa es la vida del camionero. Siempre en marcha, cada noche en un lugar sin poder visitarlo a fondo.

VALORACIÓN: Dado que la nota para los juegos de conducir la marca Test Drive Unlimited 2 con su 100/100, y teniendo en cuenta que Euro Truck Simulator 2 le da 65 mil vueltas, me temo que la puntuación es 6500000/100.

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