martes, 5 de febrero de 2019

Red Dead Redemption 2 (PS4, 2018)



Versión analizada: PS4
Otras versiones: Xbox One

(Este juego no analiza el online)
(Hay spoilers no vitales)

-No somos criminales. Somos proscritos.

Pocos juegos han recibido tanta atención mediática y por parte del público como Red Dead Redemption 2. Si ya se preveía que Rockstar iba a volver a reinar por todo lo alto, realmente ha conseguido superar las expectativas y nos ofrece el juego más maduro de la compañía. Si Rockstar tenía como niña bonita a la saga GTA llena de ultraviolencia y sátira burda; la saga del salvaje oeste nos ofrece un retrato descarnado pero también más pausado y perfeccionado.

Rockstar ha ido creciendo en su narrativa a cada entrega. Ha pasado de violentos mafiosos siguiendo los pasos de Tony Montana en GTA: Vice City,  para abrirse al mundo y el barrio de GTA: San Andreas, desarrollar personajes complejos como Niko Bellic en GTA IV o Cole Phelps en L.A. Noire y mostrar un mayor interés en el guión sin renunciar a la diversión como en GTA V. Ya con la primera entrega de Red Dead Redemption nos ofrece una historia que está a la par a los mejores western de la actualidad, en un mundo aparentemente quieto e inmenso pero lleno de vida. Red Dead Redemption 2 (a partir de ahora RDR2) colma las intenciones de los hermanos Sam y Dan Houser de fusionar la narrativa del cine con la jugabilidad del medio de los videojuegos. 


La historia retrocede en el tiempo con respecto a la primera entrega y cambia de protagonista para dejarnos manejar a Arthur Morgan, lugarteniente de la banda de Dutch van der Linde. Arthur es hombre que solo ha conocido esta vida de forajido y solo sabe matar, robar, asaltar propiedades y ser un cabronazo. Él y todos lo que le rodean y conocimos en la primera entrega. Tanto Bill Williamson, Javier Escuella y, por supuesto, John Marston y Abigail. Todos ellos son parias, marginados peligrosos pero unidos por un ideal, un código que los aleja de ser unos vulgares criminales y si dudan, ahí está Dutch para convencernos con su pico de oro.

Digno de John Ford

Sin embargo, jugamos tiempos difíciles. John Marston se pasó el anterior juego recordarnos tiempos mejores, y Arthur también lo hace. ¿Acaso existieron, o son memorias corruptas por la nostalgia? Porque lo que vemos es una huida hacia adelante desde el inicio, donde tras un atraco sangriento la banda tiene que huir por las montañas nevadas en condiciones penosas y acosados por las autoridades y bandas rivales hasta volver a asentarse en un lugar del que volverán a huir. Una y otra vez. Solo sostenidos con Dutch pidiendo fe, un último atraco y un retiro dorado en Tahití.

Dutch es realmente fascinante incluso ya sabiendo todo y como va a acabar por el anterior juego. Realmente al principio parece admirable, alguien que de verdad lucha por la banda. Es puro populismo, ya que está de moda usar ese termino. No sabemos si realmente cree sus ideas o si es un mentiroso manipulador compulsivo. Y nosotros estamos con Arthur, el leal Arthur que ve como su mundo desaparece, invadido por una civilización de leyes y ciudades a la que no puede integrarse. Tiene ganas de desaparecer y dejar la vida criminal, cada vez lo ve más claro, cada vez está más hastiado, incluso su amada Mary le anima a ello. Pero es un hombre con leyes fijas y carcomido por una conciencia que le impide verse como un hombre bueno.

Dutch, el mejor vendedor de Tahití

El juego es maduro, y lo es porque en vez de convertir a Dutch una caricatura o a Arthur en un vulgar matón que obedece sus alocadas misiones, les da una identidad, una evolución, razones por las que se comportan y un complejo debate moral. En muchos momentos la naturaleza de Arthur se pone en cuestión, demostrando nobleza en misiones principales y secundarias pero a la vez siendo un tipo capaz de pegar una paliza a un moribundo por dinero. Todo eso se va tejiendo en una historia donde la banda y su propósito se va poniendo en cuestión hasta un final épico.

Rockstar narra una historia repleta de personalidad, con personajes secundarios poderosos como el pernicioso Micah o la evolución de Sadie (uno de mis personajes favoritos). Con los personajes de la banda vas interactuando en el campamento, que realmente es un lugar donde descansar de tus correrías y donde puedes analizar los pensamientos de los miembros de la banda, hacer misiones opcionales o simplemente comer un estofado y una cerveza mientras festejan algo. Realmente te sientes que formas partes de una banda y tu destino está unido a ellos.

Yo les he shipeado ya en el juego.

Y fuera nos espera un mundo fascinante, enorme y desbordante. Tenemos numerosos estados distintos, llenos de animales salvajes y locos que pueden aparecer en cualquier momento. Es curioso como el gran juego de final de año tome decisiones creativas y jugables poco comerciales - hay algunos críticos como Rami Ismail que dice que RDR2 es un juego con alma de indie con un presupuesto desorbitado propio de un producto AAA por su carácter actoral - y es un juego con una atmósfera a veces agobiante, lento, de momentos de obligada exploración o de cabalgar grandes distancias en el "vacío" (que no es tal en realidad). Sin embargo, eso no estorba su diversión, por lo menos a gran parte de los jugadores, ya que he pasado horas jugando y simplemente me he dedicado a cazar animales salvajes, despellejarlos y venderlos para después dedicarme a jugar al poker. Y no ha sido solo una vez. Es un mundo vivo, y para nada está quieto o vacío. Está lleno de vida, y los eventos aleatorios pueden aparecer en cualquier momento, o en cualquier momento puedes robar caballos, diligencias, dinero o realmente hacer lo que quieras con tu libertad. O simplemente huir de las autoridades tras una riña en a taberna que ha acabado a tiros. Hay muchas horas extras a una historia ya de por si larga.

Esta foto la saque en Navidad. Tiempos de paz.

Las misiones son más variadas que en su primera entrega e incluye momentos violentos como asaltos a bancos y emboscadas pero también momentos curiosos como una misión donde vuelas en globo. Pero además se atreve con misiones íntimas y tiernas que nunca pensaríamos que estarían dentro en un producto de Rockstar como una simple cita. Y no una cita paródica como en GTA IV sino un momento realmente emocionante dentro de la historia. Es un juego emocional, en el que los personajes te importan de verdad. No solo te caen bien o mal, no es el macarra resultón y gracioso sino personajes con problemas personales que conoces y exploras, con sus propios principios. Sadie o Charlie son ejemplos de ellos. Y sobre todo Arthur, el hombre que pasa culpándose por sus crímenes mientras echa una mano a un desconocido.

Precioso ¿eh?

La jugabilidad una vez que se coge el punto es realmente poderosa. Vuelve el Dead Eye que es una delicia en estos tiroteos multitudinarios que pueden ser luchas a caballo mientras te persiguen, atrincherado en una cobertura o lanzarte a un devastador ataque cuerpo a cuerpo. El combate es un pasada, las peleas divertidas y los disparos tremendistas dignos del Django de Tarantino. Sí, hay una gran dosis de violencia marca de la casa. Rockstar madura pero la esencia sigue siendo la misma.

La brutalidad sigue intacta

El apartado gráfico es verdaderamente apabullante. Los personajes están llenos de vida y aguantan a la perfección los primeros planos. Todos los escenarios son realistas, parece que realmente estás en una película de John Ford. Incluso retos de mayor envergadura como la ciudad de Sant Dennis son de matrícula de honor. Puedes disfrutar del modo cinematográfico y perderte en la belleza de las imágenes acompañado con una poderosa banda sonora tanto en los momentos melancólicos con canciones realmente emocionantes como en los épicos donde los temas que parecen hijos de Morricone.

Ya no digo nada


Estamos ante uno de los hitos de la historia de los videojuegos. De momento parece que su modo online no va a ser el petardazo que convirtió a GTA V en uno de los videojuegos más vendidos de toda la historia. Pero ha llevado a los gráficos, la dirección de fotografía, el tono de la historia y la jugabilidad a terrenos poco transitados. Uno de los imprescindibles de esta generación y va a ser muy influyente en el futuro.

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LO MEJOR: Una gran historia violenta y madura protagonizado por uno de los mejores personajes de la historia del videojuego en un viejo Oeste apasionante.

LO PEOR: Me gusta el epílogo, mejor eso que me lo vendan en un DLC. Pero es cierto que baja un poco el ritmo.

NOTA: 100/100.

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