jueves, 21 de marzo de 2019

Wolfenstein: The New Order (PS4, 2014)


Versión analizada: PS4
Otras versiones: PS3, PC, XBOX 360, XBOX ONE

-Una poderosa mujer con una antorcha, cuya llama es el relámpago aprisionado y su nombre es Madre de los Exiliados. Dadme a los rendidos, a los pobres, a vuestras masas hacinadas anhelando la libertad. El desamparado desecho de vuestras playas. Enviadlos, a los pobres, a los arrasados, enviádmelos.

Es difícil decir que género es el más característico de los videojuegos y cada uno tendrá su opinión. Quizá  desde fuera el shooter sea uno de los más reconocibles. Un arma controlada por un mando y muchos disparos y muertos es una de las representaciones más clásicas de videojuegos en otros medios y bastantes de los prejuicios vienen de él. No hay tiroteo en Estados Unidos que no es relacionado con un videojuego de disparos o con música extrema. 

El shooter tiene su historia, en la que grandes juegos como Doom o Wolfenstein han marcado de forma decisiva la evolución de un género. Primero con su condición de pioneros y luego con la evolución con sus reboots y secuelas en entregas tan disfrutables como Wolfenstein: The New Order, un juego que bebe de los clásicos y que no esconde su gusto por los disparos y el gore. Vale, los tiempos han cambiado y se ha introducido una historia con pretensiones, pero si jugamos a Wolfenstein es porque queremos disparar sin freno a nazis. Y vaya si lo vamos a hacer. 

Tras un fallido asalto a la fortaleza nazi del doctor Calavera, William Blazkowicz se despierta de un coma en un hospital mental polaco en 1960. La guerra ha acabado y los nazis han ganado gracias a las armas desarrolladas por Calavera. Solo queda una resistencia pequeña y escondida en las cloacas con gran parte de sus miembros están encerrados en prisiones y campos de concentración. Sin embargo, un soldado como Blazkowicz no se va a quedar de brazos cruzados recordando su fracaso, sino que se pondrá manos a la obra y se lo hará pagar a los nazis. Incluso cuando ellos tienen robots gigantes en sus filas.


Sabes que tienes un problema cuando estás bajo esta mole metálica

Wolfenstein nos ofrece una ucronía poderosa, con un régimen nazi que controla el mundo con puño de hierro y que han conseguido una gran potencia de fuego gracias a todo tipo de robots que aniquilaron a los ejércitos aliados. Blazkowicz, junto a la enfermera polaca Anya, buscará lo que queda de la resistencia contra los alemanes y preparará el ataque contra las armas nazis y su archienemigo Calavera. Sin embargo, la tarea es titánica.

La historia - de duración aproximada de 15 horas - ha sido cuidada lo suficiente para dejar poso y resultar interesante. No es solo ir habitación a habitación disparando sino que hay unos personajes desarrollándose, secuencias truculentas y monólogos internos algo idos de olla. El argumento gira en torno la búsqueda de la libertad y nos llevará por todo tipo de escenarios como prisiones, un puente destruido, pasos fronterizos, la Londres nazi y hasta la mismísima Luna. 

La pesadilla de Churchill
Wolfenstein nos da todo tipo de armas para nuestro cometido. Tenemos pistolas y cuchillos para cuando queramos ser algo más sigilosos, escopetas con resultados vistosos y que son de verdad efectivas, armas láser especialmente gores y explosivos de todo tipo. Pero lo que más me vuelve loco es la posibilidad de las armas dobles, sobre todo en el caso de la ametralladora, lo que da un toque característico al juego y es una pasada disparar a todo nazi que se mueve sin parar. Y los efectos son contundentes, los disparos se notan de verdad, y vemos a robots desarmarse bajo nuestro fuego o cuerpos sin cabeza a nuestros pies tras desatar nuestra furia. Además podemos ir evolucionando nuestro modo de lucha, siendo más sigilosos o yendo más a saco, con la adquisición de habilidades que nos otorgarán un plus según el modo de combate que elijamos. 


Fly me to the moon

Wolfenstein: The New Order nos recuerda a ese mundo previo a Call of Duty y multijugadores varios. Es un shooter en primera persona que se nota su regusto a clásico. Sabe donde innovar, pero a fin de cuentas el juego es de un hombre contra todo un ejército y que vence empleando toda la violencia posible. También nos enfrentamos a poderosos enemigos finales que nos harán que lo pasemos canutas Y es muy disfrutable, el juego tiene distintos niveles para graduar la dificultad y ser rejugado para que exploremos el mapa en busca de coleccionables (algunos son tan curiosos como discos de The Beatles en alemán de esta realidad ucrónica) e incluso la historia ofrece dos caminos diferentes aunque no difieran en lo verdaderamente importante. 

Liarla parda

Gráficamente el juego se defiende. Es un juego que sabe usar lo visual, y los personajes y escenarios están muy bien definidos y currados. Pero es cierto que no sorprende ni impresiona por su talento gráfico, y alguna vez las texturas fallan. En realidad es por sacarle peros, porque es bastante solido y ofrece buenos momentos donde podemos deleitarnos. Donde sí que destaca más es en el sonido de ambiente y el uso muy inteligente de la banda sonora, capaz de crear momentos épicos. Cabe destacar la ausencia del modo multijugador, que bueno, se lo quede el Call of Duty y el Fortnite.

Wolfesntein: The New Order es un juego devastador y muy divertido. Gracias a él, la saga ha vuelto a los tiempos modernos y hacerse un hueco frente a los Call of Duty o Battlefield de turno, sacando ya varias entregas. Bethesda tiene dos joyas del género para explotar con Wolfenstein y Doom que son como los viejos rockeros: nunca mueren. Y los jugadores que queremos disparar sin freno lo agradecemos. 

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LO MEJOR: Una experiencia loca tanto por la historia como las posibilidades de disparar como un maníaco contra nazis.

LO PEOR: No es sutil, pero no es un problema para mí
NOTA: 84/100

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