Versión analizada: PS4
Otras versiones: ninguna
Pocas son las ocasiones en las que analizar un videojuego me producen un placer semejante al de este título. Es una sensación única, diferente, una que a lo mejor no vuelvo a vivir en años. Durante la última semana, he intentado con todas mis fuerzas alargar todo lo posible la experiencia de juego de Uncharted 4, ya de por sí bastante larga. Y ha sido como degustar poco a poco el más exquisito Ribera, mientras el sabor iba mejorando aún más sorbo a sorbo.
Si no fuera porque mi vida estudiantil y laboral está tirando por derroteros importantes, no me importaría volver a rejugar esta obra de arte tantas veces como fuera posible. Estamos, sin atisbo de duda, ante uno de los mejores juegos de la historia (yo lo pondría en un Top 15, como poco) y ante una aventura tan enorme, tan cuidada y tan perfectamente concluida que ya se ha convertido en el mejor ejemplo de lo que la nueva generación DEBE ofrecernos. Un título que justifica por sí solo la compra de una PS4 y que está contribuyendo a que las ventas de la consola se disparen, a pesar de contar aún con un catálogo lleno de remasterizaciones y experiencias indie de poca monta.